1 de noviembre de 2009

Yo te quiero blanca

¿Y si te quiero blanca, que?
Te quiero alba como canciones infantiles .
Te quiero nívea colmada de inocencias
Te quiero casta de los embates de la muerte.

¿Que derecho te arrogas de tiempos intactos,
de oscuros jardines con aroma a sésamos,
para dejar estas letras impresas,
a nosotros, que hemos nacido,
luego de una mañana de mar,
y no poder besarte las manos?

Ustedes, los eternos,
no tienen piedad de nosotros,
los grises transeúntes.

Cuantas veces me enamoré;
por culpa de tus versos,
(Yo, que he conocido una sola carne,
que la vida no me ha dejado,
mas que este pobre esqueleto),
alzando la vista del libro,
y encontrar una Ella.

Yo, te quiero de espumas.
Correré, algún día,
como todos,
las blancas cortinas.

Y caminaré a tu encuentro,
para besarte las manos.

2000

Poema siento cinco

No, ya no estoy para esos trotes.
Tengo un pobre recuento de calcitonina,
que me producirá osteoporosis, reuma o artrosis.
Una profunda cisura en el corazón,
provocada por noches de ausencia.

Creo que ya he dejado la pubertad.
No estoy para montañas rusas.
Vuelos en parapentes.
Cruzar boca abajo el arco del triunfo.
Concretar maratones de sexo.

Puedo bailar, aún, eso sí,
al son del vino,
un sentido, ventral y viscoso blue,
haciéndome gaviota macho,
aunque se me caiga la dentadura.

O cantar viejas melodías,
de cada uno de mis amores,
con su correspondiente abandono,
a escondidas, como mis lágrimas.

O dejar que mis dedos,
hagan una escalera de tonos,
en la pianola de una espalda,
rompiendo pentagramas de cuarzo,
antes de las campanas.

Es posible,
por mi sentido de contramano,
que haya nacido viejo,
en placentas sietemesinas,
saludos respetuosos a las vecinas,
correcta postura en la vertical y el flic-flac.

Y ahora.
En lugar de aceitar escopetas,
hacer asado con mis celos filiales,
y recibir el arroz ritual.
Me duelen los perfumes a limón,
las escaleras al cielo,
las manchas de humedad,
los burritos que beben estrellas de un cubo,
los paseos de reinas y violadores en moto.

Ya no podré habitar el lado oculto de la luna,
tan sólo escuchar sus eclipses.
De nada me valdrá cortarme la oreja,
beber veneno del frasco equivocado,
asaltar bancos con ametralladora,
hibernarme para esperar, esperar y esperar.

Es imprudente cruzar a nado el Suquia,
contar el números de los dedos,
regar el pino de San Lorenzo,
comer helado en invierno.

No podré pagar la deuda externa,
ni derrotar al ejercito de ocupación;
no podré ganar el Nóbel de la Paciencia,
ni ganarle a los relojes de arena.

Será una señal clara de locura,
tratar de respirar el aire de sus pulmones,
robarle la tinta de la birome,
pero también,
sustraerme de su voz,
y restarme al núcleo de sus vórtices.

Es que, aunque me asile de inviernos y cactus,
me invadirán, de todos modos,
(una sacerdotisa lo predijo)
sus textos en Internet,

No puedo escapar.
Le robaré, fatal e inevitable,
ojos hasta que me odie,
ya que no podré hacer que me ame,
(lástima para mi orgullo).
O, cansado de latidos,
y ahíto de respeto,
me despida hasta otra primavera.

Estoy convencido,
que debo despertar,
hacerme flecha de mí mismo,
cruzar los campos,
buscar mi código de identificación,
mi club de pertenencia,
cazar mariposas de atardecer,
jugar con las chicas de mi edad.

Ya me diagnosticaron sordera, despiste,
incorrección y falta de tacto.
Será el tiempo de dejar de hacer lo correcto,
comenzar a hacer lo incorrecto, lo no debido,
para amanecerme y buscarme un nuevo lugar.

Y es muy bueno,
aun puedo esperar un amanecer de rosa,
no sé si hoy o quizá mañana,
sin miedo a las estacas,
morir fuera del sarcófago.


2000

20 de octubre de 2009

Adonde voy

Adonde voy, las llagas
se multiplican, se infectan, se laceran.
No he de esperar consuelo, lástima, estima.
Pero sabré, al fin,
quien soy y donde estoy.
Y podré golpear sin culpa.

Adonde voy, la oscuridad
se enseñorea, se multiplica, se agiganta.
No he de esperar, luz, respiro, alivio.
Pero sé que, aunque la espalda se me quiebre,
buscaré un camino de luz a destajo.

Adonde voy, las llamas,
te rodean, te lastiman, te inquinan.
Pero sabré, por axioma, no existe la justicia.
Y me acomodaré a sabiendas en la mentira.

A donde voy, el hacinamiento;
tiranos y ladrones, putas y malcogidas,
retóricas y sermones, espadas y tributos.
Pero patearé a los unos.
Y me frotaré en las otras.

Me hartaré de gozo en sus súplicas,
orinaré el agua de su sed,
golpearé sus úlceras con mis úlceras,
defecaré el pan de su hambre,
escupiré sus caras con mis miasmas.

Porque me robaron y me mintieron;
me aislaron y me ejecutaron,
me negaron el pan y el sexo.
Hicieron noche de mi luz.
Porque convirtieron en infierno mi cielo

2000

18 de octubre de 2009

Amor simple

Es que yo quiero decirte,
sin palabras suntuosas,
ni efectos especiales,
simplemente que te amo.

No sé que pájaros habitan tu árboles,
apenas he visto alguno en los míos.

Pero, cada vez que abro esta ventana,
inventada por la industria de los hombres,
me quiero acomodar junto a tu falda.

Para tratar de ver,
el tenue bello que puebla el dorso de tu cuello,
los arroyos castaños que descienden tu cabeza,
espiando, tu cuaderno de notas,
y lo que guardan tus escotes.

Eso mismo que haría,
lejos de esta virtualidad,
si de verdad, estuviera besando/mordiendo,
los dedos de tu mano.

Y sigo diciendo,
costumbre vieja,
las mismas tonterías de siempre,
tratando de adivinar,
único modo posible,
como serán las formas de tus sonrisas.

Pero, pienso en la distancia,
en las marcas de los caminos,
en los puntos de los dados,
en el tic-tac de los relojes.

Pienso en las peleas de los amantes que discuten,
del volumen de la música,
del color de las cortinas,
de la opinión de las suegras,
de una arritmia de caderas
que han impedido un orgasmo conjunto,
un vuelo de gaviotas.

Ellos al menos,
escuchan la misma radio,
respiran la misma brisa,
que traducen en un aliento,
para arrugar la misma sábana.

Por eso,
a trasmano de tanto ruido,
te susurro: te amo,
como si jugara con tu lóbulo,
en medio de mi silencio.


2003

20 de septiembre de 2009

Infantil

La miro por el aujero de la tasa de pimceles
oy se vino con dos colitas con gomitas violetas
casicasi le digo que es mui linda
Para mi que la seño lo sabe
dijo que mi casita de corasones era ermosa

Uy otra ves me mira y me mira
me mira con eso ojos asules
mi cara esta caliente como una paba
y mas colorada que sus colitas

Le pido la goma y se rie
le falta un diente
me dice que no me la empresta mas
Le regalo el corason

Sapatiya de goma el que no se escondio se enbroma
punto y coma
apollo mi cara en mis brazos pa verla
ella si que dibuja lindo
a mi me tienbla la mano por culpa deya
me da miedo que se de cuenta
Me muerdo la luenga

Uf que calor que hace
La seño ablo de un problema
el numero 3 no es par creo
estoi mordiendo el lapis
su dientes
menos el que le falta
son grandes y parejos
como sus pecas
y sus pocitos de reir

Me dicen que estoi bobo
porque lescrivo bersitos

Me cacho tocaron el timbre
aora que yostaba tam bien
Ufa me boi triste
muy triste
no se que sera
espero que maniana no falte

Un dia le boi a pedi que sea mi nobia
para que las tardes dejen de ser tan orribles


2009

Vampiro

A la triste figura de una niña esperando un cliente

Soy un vampiro sin alas.
Crezco en la noche rugosa.
De sábanas frías, ácidas.
Soñando muertes de gelatina.

Se arrastran en mi los perros perversos.
Pidiendo clemencia, clamando anarquía.
Mientras lamen sus garras de festines.
Envidia de albedrío.

Tengo la sangre seca de cobardías.
El vientre hinchado de golondrinas célibes.
El pecho roído de temores hediondos.
Los muslos dilatados de ausencias.

Los lobos aúllan en busca de mis huesos.
Las hienas ríen de mi monotonía congelada.
La luna y las nubes se esparcen en gemidos.
Cuando mi cabeza destila autovenenos.

Miro los techos poseídos por los gatos.
Que se burlan en sus escorzos lascivos.
La caída de un espejo cronado.
No hay lagrimas de odio ni espanto.

No quiero comer de tu sangre vendida;
con vuelto de látex.
Quisiera mas bien abrigar tu piel morena;
para derrotar los caminos.

La vidriera me encandila neones soeces,
tu ojo azabache, inocencia alquilada,
me invita a no amarte, no quererte,
Hada de alas negras y cintura troquelada.

Si pudiera comprarte con un verso,
sin peculio ni proteínas.
Podría darte un beso de imberbe,
tras el humo de un café....

1999

¿Y que del borde de tu espalda?

¿Y que del borde de tu espalda?

¿Qué sustancia sostiene la insostenible
levedad de tus ojos melancólicos?

Remembranzas.
Recuerdos de un futuro
no acaecido.
Espátulas de cuadros
descascarados.

La vorágine incontenible
de tus labios húmedos.
La sublime viscosidad
de un alma en espera.
Morder tu espalda,
¿me dará un mapa de abejas?

Soñar con tu aliento corriéndose
por mi oído,
apenas, creo,
una diadema de una escala de piano.

Si la yema que sostiene el bolígrafo
se deslizara por tu escápula!

No hay tinta indeleble
que manche la comisura de mi ansiedad.

Sólo suponer que la blancura
de este papel sea bendecida
por un beso de tu boca,
una caricia de tus pechos...
una gota de tu orgasmo.



(inconcluso)
2004

13 de septiembre de 2009

Hordas

Escucho los perros rondar,
nos huelen desde sus patrulleros.
Fácil de indentificar
vómitos de estómagos vacíos,
Fácil de reprimir,
locos, viejos, famélicos.
Están preparando los colmillos,
para despedazarnos otra vez.

Escucho a los cerdos chillar,
se filtran de nuevo en nuestro salario,
Aunque se disfracen se les nota el rabo.
Han copado los gabinetes, las rutas, las avenidas.
Han comprado las librerias, las ideas, las ondas.
No han robado el agua, la luz y las alas.

Pero vienen por más.
Quieren a nuestros hijos,
les gustan sus manitas, su pelo y sus ojos,
harán buenos números con sus higados y riñones.

Se han apostado en las esquinas,
vendiendo felicidad sintética,
donde las cámaras los ven.
Pero los perros son ciegos.

¿Para que me sirve la memoria?

Otra vez, los corrales están cercados.
Los carneros guiñan los ojos a las guadañas.
Vuelvo a sentir sus discursos.
Volverán a aceitar las parrillas.

¿Cuantas tumbas vacías habrá esta vez?

2001

Avioncitos de Juguete

Viste, ¡que cosa!, los avioncitos.
Vos que los arrojabas con tu mano de hierro.

Vos que inventaste los bombarderos sobre Nicaragua.
Vos que soltaste a Baby Child desde el Enola Gay
Vos que asolaste el Mekong de Napalm.
Vos que volaste sobre la Plaza de Mayo.
Vos que probaste puntería en el Palacio de la Moneda.

¿Qué no fuiste vos?
¿De quien creés que hablo?
Tenés razón,
no fuiste vos.

Quien alumbraste de terror a Guernica,
Ensombreciste el mediodía de Londres,
Quien llenó de Tora Tora tu Puerto de Perlas

Vos, gendarme no invocado,
estás probando de tu veneno,
veneno que no saludo.
No podrás en las cenizas de Kabul,
secar tus propias lágrimas inocentes,
de los escombros de tus Twin Towers.

2001

Abriría la puerta azul

1. Obertura

Abriría la puerta azul,
la que me lleve a tus caminos
circulares, limpios y amarillos.

Pero temo abrir la puerta,
me quedaré aquí,
viéndote en tu pecera,
regalándome burbujas.


2. Opus 54231

A veces,
sólo de no verte,
se me incendian las magnolias;
me arrinconan las telarañas.

Leo los epígrafes,
donde los pianistas;
han dibujados fantasías,
con sonido a ojos en espera,
que arrastran la certeza de tu nombre.

Entonces abriría la puerta azul,
me abalanzaría al encuentro de tus pies,
retorcería tus tarsos en mis húmeros,
para impedir tu vuelo.

Porque sé de la levedad,
de tu espalda infinita.

Oquedad muerta,
son tus pasos lo que me aligeran;
inventados de zapatillas,
en la ignorancia total de tus muslos.

3. Interludio

Entonces me paro frente a los espejos,
y busco justificaciones.

Los locos,
se sabe,
buscamos justificaciones;
para asesinar a los fantasmas blancos.

Los locos,
se sabe,
morimos en las tardes,
de olvidos confabulados.

4. Finale sin brio

Entonces, para no morir,
cierro la puerta,
apoyo suave el oído debajo del bronce;
escucho tu voz,
tu respiración,
y me miento un rato.

Me miento.
A que no es el bronce,
sino la insignia egipcia de tu esternón.

A que no es tu voz,
sino mi oído acurrucado,
escuchando tus palpitaciones.

A que no es la distancia,
sino tu mano pronada,
enredada en mis canas.

Y me muerdo los labios,
para recuperar la cordura,
Respiro profundo,
para atemperar mis comisuras.
Cuento hasta gugol,
para retener mis lágrimas.

Ahí es cuando ensayo un cascarrillo,
escribo una comedia,
doy tres brincos.

Que se me ha caído la nariz.

Aprieto el picaporte con mis vértebras,
giro sobre mi piel sin abandonar la pared,
me paro frente a tus ventanas,
empaño tus vidrios.

Dejo en el cristal la marca,
que nunca tendrá tu boca.

Borro...
trato de borrar,
las palabras insensatas,
los sueños de azucenas,
con mis mangas desabrochadas.

Y te veo, imponente,
como a los tiburones de los acuarios;
para recibir tu sonrisa,
y ahogarme de tus burbujas.


2002

2 de agosto de 2009

Yo estaba confundido.

Farfullé improperios a los mosquitos,
que habían arponeado mi espalda.

Puse la trampera para la rata,
que me había mordido el pulgar derecho.

Haché el arbusto de ajíes puta parió,
que me habían ardido los labios.

Maldije a las estrellas,
por haberse enturbiado en mi retina.

Yo estaba confundido.

Fue aquella primera noche,
que escondido bajo cobijas,
no tuve las dunas de tu espalda.


2004

1 de agosto de 2009

El problema es tener amigos

Y los amigos,
como los rios,
terminan defluando mares.

Yo, por ejemplo,
tomaba mate y sopa de zapallo.
Tenía frío y no me sobraban monedas.
Pero esa amiga estaba allí.

A veces, como los volcanes,
las venas exbroptan truendes,
y los amigos siedran la buerta
em suabe silensio de bantuflas.

Yo tenía una rayuela llena de gatos
que se colgó, sin aviso,
de un cometa rumbo a Limuria.

Como decir entonces
de los participios partidos
la circunstancia de un adverbio
la quietud de un verbo
la vaciedad de un nombre.

Quise llorar las cenizas de los pájaros,
pero ni pude montar aquel viejo parapente que colgaba detras del espejo junto a esas florcitas de sintético por encima de la canilla.

Es cierto.
Los panqueques nunca saberán lo mismo.

5 DE OCTUBRE DE 2008 20:02

Después del naufragio

I

Después del naufragio,
unas fotos felices flotando en el aceite.

Después del beso,
el cuello adusto y el alma incontinente.

Después de la llaga,
la escara, la granulación, la costra,
la piel al sol, para volver al fuego.

Después del adiós,
el polvo sobre las horas secas de un diario interrumpido.

Después de la calma,
la tormenta, mi aliento, tu espuma, el cielo.

Después de la traición,
candados oxidados que guardan recuerdos de vómitos,
las palomas libres sin nido.

Después de la angustia,
la mañana que ilumina un patio con rocíos secos.

Después de la locura,
el exilio, el valle tierno,
para otra pasión,
nueva locura.

Después de la aurora,
redes viejas de peces muertos,
mejor ver el mar,
a través de tus piernas.


II

Después de cortar la soga de mi muerte,
hallarte para respirar.

Después de respirar,
tus ojos, tu piel, tu boca, para agonizar.
Después de agonizar
tu calma, tu sábana, tus pechos para beber.

Después de beber,
tu boca, tu ombligo, tu mitad,
para volver a arder.

Después de arder,
el baño de tu mar, tu caballo de nube, te toca mover.

Después de mover,
tu abrazo de piel dextrógira y una mentira.

Después de mentir,
el vacío de las cortinas que preguntan de mi venir.

Después de venir,
a caer en este abismo de mi piel,
el deseo de volver a morir.

Después de morir en tu vientre,
volver a nacer nuevas venas para cortar.

2001

3 de enero de 2009

Bohemio, las pelotas

Me duele la pobreza de esta tierra.
Donce toda clase de mercaderes
políticos, narcos,
pastores y pederastas
Llenan su molino con trigo quemado.

Cerveza, porro, paco.
Biblias, naciones, partidos.
Aburrimiento, desidia,
afano, cumbia villera.

Dejar que
sólo pase el tiempo
dolor de la nada
un miedo de vivir
Mirandose el cerebro trepanado
en el brillo de la lata.

Estos chicos visten Nike
toman Coca Cola
usan Nokia
lavan con Ariel
y comen asado.

Claro,
no pueden un Big Mac
porque no los dejan entrar.

Apenas manejan un lápiz
y no saben de cuadernos.
No conocen ni a Einstein ni a Chaplin,
Ni Atahualpa ni Martí,
ni Borges ni Walsh,
Alfonsina, Platt, Colombo o Thénon.

Bueno,
quizá tengas razón,
esos eran otros tiempos.

Estos chicos
nacen vencidos.
Carne de barra brava
Olmos o Vucetich
trabajo en negro,
planes trabajar,
burlarse,
golpearse,
matarse
sólo por hacer algo.

Unos
serán soldaditos de fábrica
¡sí, señor!, ¡no, señor!
¿me agacho más?, Señor.

Otros
duchos en todos los fierros,
ni padre,
ni madre,
ni hijos.

Hablan de si mismos en tercera persona.
Ni saben quien,
realmente,
los gobierna.
Entran al cuarto oscuro
con la boleta marcada.

Que toque,
me decís
temas menos sufridos.
Que eso ya lo notaron
Mozart, Dylan, Morrison,
Discépolo, Yupanqui y Spinetta
Que ya está.
Que ya fue.
Chan chan.

Pero no.
Bohemio, las pelotas.

Cierto es que no sé de piedras,
puños, pasamontañas ni fusiles.
Que acuerdo mas con Gandhi, King, Lennon
que con Sorel, X, Santucho.
Pero,
no me olvido del Che

Pero el tiempo pasa
y mi lugar es este.
Que mis brazos
viejos, flacos y cansados
no desesperen.

Será mejor apagar el televisor
y subir el volumen
cuidando que chicos ajenos
de vez en cuando
coman algo
dejen de escuchar a
borrachos,
nazionalistas,
bailarines
y predicadores
y
hagan la tarea.

2009

No me sigas perro

No me sigas perro,
ya no tengo aquellas dulces caricias.

No me mires,
se me esfumaron las inocencias.

No tendrás en un plato,
mas que mis amarguras,
nada de sal,
nada de azúcar,
mi carne caída de años,
sopa de mis lágrimas.

No me sigas.
No quiero descargar en vos,
mis decepciones.
Darte un hueco infinito,
de calidez fingida.

Quedate en tus veredas.
Quizá alguna hembra te comprenda.

Yo giraré la llave.
Y me acordaré de tu soledad.

2001