27 de diciembre de 2008

Infusiones aromáticas

1.
Café de invierno.


No volveré a pensar en blanco.
No confiaré nunca más en tus manos sepia.
Algo le has puesto a mi café.
Me arrebatan pantanos de invierno,
si no hago huracanes de mi boca.

No estás.
Tengo el diario en la silla de enfrente.
El mozo ya me levantó tres veces el paraguas.
Algún chico habrá dibujado un corazón en el vidrio.
Subo el volumen de mi walkman para no escuchar tus latidos.
Tengo el tick de morderme el labio inferior antes de mirar la crema.

Llueve.
Pasó un 46 escupiendo gasoil.
Mastico tus labios pegados al borde de la taza.
La señora que come sopa inglesa no deja de mirarme.
Le molesta mi talón acompañando a Nick Mason.
Quizá crea en mi epilepsia chicle.

Miro el fondo del pocillo.
Azúcar de espumas crepitantes.
Como el sabor de tu muslo, tus labios,
tu clítoris, tus labios, tu muslo.
Sabor a café y mermelada.
No volveré a pensar en blanco.
Algo me has puesto en el café.
Que ahora quiero llorar.

2.
Manzanilla de otoño


Paró el chaparrón.
Entraste descalza con los zapatos en la mano.
Seguís abrazada a tu pulóver.
Abrasada de marca de cuello.
Seguís, feliz, sin saludarme.
Te preparo una manzanilla.
No intento cobijar tu cuerpo enajenado.

Te miro, rodeando con tus palmas la taza.
Tu perfil, tus cabeceos,
tus sonrisas colgadas de arco iris.
Repasando ritos de otras sábanas.
Travesuras que intuyo y no conozco.
En brebajes intensos que sólo vos percibís.
Siempre me formulás la misma pregunta.
Te doy la misma respuesta.

La puerta se abrirá.
Hasta que se rompa la llave.
Luego, te la regalaré y saldré a la calle.
Husmearé como perro solitario los jardines felices.
Quizá las palomas se espanten.
Y comience otra agonía de amor.

3.
Mate de verano


Músculo joven.
Pose de pensador derrotado, buscando respiro.
Tapar los huecos, clavar la alfombra, revocar el baño.
Viniste con el mate dentro de un jarro.
Te miré la sonrisa.
Toqué el machimbre.
Agradecí al universo.
Te escondiste detrás de una pollera.
Raro.
Nunca te vi tomar mate.

Otro rechazo más.
Se te desbuclizó el pelo.
Cambiaste algunos dientes.
Estiraste los huesos.
Hay retratos que me faltan.
La de ese mate embrujado que no vi.
Que te provocó amnesia.
Que ya no recordás quien soy yo.

4.
Té de primavera


Por fin se desbordó el vaso.
Gotas de limón, azúcar, tinta y baba.
Es un té extraño aroma a pino.
Pava que silba, bombilla que atraganta.
¿Quién es esa niña de alas de parapente?

Fue una pluma de cóndor, creo,
en una de esas tardes, en que trepaba,
con las uñas de los pies, las montañas.
Caí en helicoides desde la altura hasta tus pies.
Te hiciste a un costado.
No me alzas, ni me pisas.
Y permanezco reptado.

Hasta que un loco me sopla armonías,
verso final, escape al infierno,
me exigís que desidealize,
corporizo y te desagrada la elección.

Huelo tu piel sólo de saludos.
Mis manos quietas, como siempre.
Mi máscara impasible, como siempre.
Mis celos resignados, como siempre.
Mis ojos desorbitados, como siempre.

Pero esta bien.
Quiero tu enojo.
Tu té para otro.
Tu cuerda de guitarra que no pulsaré.
Una forma,
simples delirios,
de creer que mis poemas no te son indiferentes.

2001

Ghettos sudacas

Nunca pases por un ghetto sudaca,
no te detengas ante el semáforo,
ni lo cruces a plena luz.

Allí,
decimos en los quinchos,
sólo hay ladrones, borrachos,
violadores y prostitutas.

Son vagos que no conocen
Orlando ni París.
Hijos sin padre que vuelan
de coca y Poxiram.

En los bunkers sudacas,
en cambio,
(rejas, vigiladores y láser),
radica la esencia de la raza,
los futuros perpetuados en bronce.

Fortalezas elevadas de estirpe,
(cuentas suizas, narcodólares,
coimas parlamentarias)
Prohombres que escribiremos la historia
(deudas que pagan otros,
corrupciones, tortura).

En los ghettos sudaca,
cuidado,
viven esos salvajes,
enemigos de la civilización,
ignorantes que no conocen a Friedman.

Supersticiosos que tapan
los agujeros de sus chozas,
con fotos de Jesús, Evita, el Che y Maradona.

Se les ve en la piel su pobre ascendencia,
(quechua, aymará, querandí,
comechingón, guaraní, charrua,
africana, baja italia, lejana andalucía)
cuando se acercan a limpiarte el parabrisas,
pedirte una moneda con un crío en brazos,
con su olor a porro y vino en caja,
con su espalda doblada de madre de 13 años.

En los quinchos deliberamos,
por suerte,
luego del hoyo 18,
asado y whisky importado,
como deshacerse de ellos.

Ya no necesitamos
su mano de obra barata,
su carne de cañón
en guerra libertadoras,
y sus votos nos cuestan
cada día más empanadas.

Ha de ser urgente.
Andan cortando rutas,
instruyéndose sobre el valor de un libro,
la importancia de la solidaridad,
su inalienable dignidad de estirpe humana.

¿Que discurso al pie de la Bastilla es ese?
Otra vez esos subversivos
marxistas,
intelectuales,
pastores
y sotanas jóvenes,
que se internan en sus aguas servidas,
les apagan sus televisores
les rompen sus hipodérmicas
sólo para confundirlos,
hablándoles de otro mundo
posible y distinto.

Pero vos,
encuchá nuestros noticieros.
No te detengas en una villa,
(sólo quieren tu auto
y el cuerpo de tu hermana)
No mires sus montañas de cartones reciclados,
(las cambian por merca,
que nosotros les vendemos).
No compres sus cobros por indemnizaciones,
(justa paga por negarse a la esclavitud)

Tené en cuenta,
imberbe estúpido,
que si no seguís estas verdades,
como a tus padres,
te haremos desaparecer.


2003

14 de diciembre de 2008

Champagne agrio

Champagne agrio

Abrí la puerta del modular,
ese cuerpo solitario,
que alguien me regaló,
y puse sobre dos cajones.
Pobre y digno decorado.

La botella sigue allí.
Esa me la regaló Karina,
para poder brindar,
algún día,
con alguna Ella,
no imposible,
no virtual.

Karina también tiene un imposible,
pero no ha evitado desayunos,
príncipes de alfombras voladoras,
desayunos en Buenos Aires,
Montevideo,
Mallorca,
Rótterdam,
Dortmund.

Un mundo de favorita a sus pies,
que no ha podido comprar su corazón.

Por eso está allí,
esclava de un teléfono,
vendiendo,
agendando,
abonando,
con el sticker pegado
con un número particular.

Dice que lo marcará,
cuando yo le mande un mail,
contándole que descorché la botella.

Desafío de amigos.

¿Románticos o cobardes?
En algo parecidos y diferentes.

En algunas mañanas,
cuando yo marco salida
y ella entrada,
ella contándome de sus sueños,
yo todos los nombres de mi agenda vacía
(mis dedos desanudándole
cuello y espalda);
a mí me gusta darle consejos;
(esos que nunca sigo)
incitándola a pulsar las teclas,
a que me mire como espejo.

Espero no haga lo que yo,
en mi boca los silencios;
y el champagne
agriándose en la botella.


2003

La niña del teléfono

Hora del almuerzo.
La puerta se cierra,
se descuelga el tubo,
que nadie interrumpa.

La niña del teléfono siempre está allí,
sólo está on line con mis sentimientos,
comprende mis delirios de viejo tonto,
mezclamos nuestras historias platónicas,
ambos sabemos que quizá
no son tan platónicas como pretendemos.

Ella, a veces,
se esconde como yo,
a llorar bajo las sábanas.

La niña del teléfono
me dice, se enoja, se ríe;
que ese,
que le digo distraído y ensimismado,
no es su nombre;
ella no tiene seudónimos.

La niña del teléfono
se quita la máscara,
a la hora del almuerzo,
sólo para mí,
porque con historias tan diferentes,
tenemos la misma pena.

La niña del teléfono
terminará el rollo,
me entregará tres fotos,
quisiera ponerlas en mi escritorio,
antes de que me vengan a buscar.



2003

sel kumple de la Karina

30 de noviembre de 2008

Quien me habrá mandado.

Yo no sé para que abro
a la luna mi ventana
estas noches otoñales
melancólicas y blancas.
Juan Ramón Jiménez



Quien me habrá mandado a mí
mirarte a los ojos.
Si estaba gozando
las navajas de mis muertes.
Hundido de traiciones
en los frios abisales.

Pero se me ocurrió,
¡estúpido!,
escuchar tus poemas.
Que no eran para mí,
pero que me importa.

¿Como hago ahora
para quitarme este resplandor
de luna inútil?
Que se destila como veneno
en mis vapores,
se me escapa como vivora
de las comisuras,
y me muerden escorpiones
la garganta.

Si hasta me fui
buscando juicio.
Declarando a cada testigo
lo indeclinable del adiós.

Nadie
meneando sus cabezas
me creyó,
Y volví sin bellotas
ni reinos extraños.

Y aquí estoy,
esclavo de tu frescura.
Esperando que encuentres
tu príncipe astronauta;
mientras sigo cayendo
en llamas al mar.


2001

29 de noviembre de 2008

¿Dónde va el agua de lluvia?

¿Dónde va el agua de lluvia?
Rosa Buk




Llueve, llueve, llueve,
infinitas gotas de miel;
incontables rastros de espuma.
Eternos espacios de nubes.

Puedo ver las gotas cayendo de júbilo,
en la luneta empañada de un colectivo,
un incunable corazón de agua,
de tibios dedos adolescentes.

Aguas roncas se escabullen de cielo,
en alcantarillas de bronce fino
y minutos de tolerancia,
palabras empavesadas de amor,
aunque se siga llamando traición

Escucho los muertos lamentarse de humedad,
en su pesada y líquida podredumbre,
apestados de humo y desbordada Reconquista.

Una niña lava sus blancas medias de algodón,
a la espera ansiosa,
segura,
fatal,
de perderlas en algún callejón.

Sentí el golpe en su cara,
su mejilla bermeja,
sus ojos impotencia,
harta de lagrimas
y explicaciones,

Quizá amaine,
en una tarde de dicha.
Quizá escampe,
en una noche de ternura,
un arco iris olvide
mis zapatos de barro,
una resolana alumbre
mis huecos sin nombre.

Mis manos cóncavas al cielo,
buscan retener purezas,
mi cabeza desbautizada
se asoma a la copiosa estampida,
mis pies se hunden
en el miasma de sus hesitaciones,
algún día Venus saldrá
del Río de la Plata.

Aunque siento mi ropa
henchida de anhelo,
mis relojes cansados de horas,
las sábanas mojadas de frustración


2000

28 de noviembre de 2008

Aborto espontáneo

No han sido los cabellos de ninguna otra.
Hubo una hecatombe de perfumes perdidos
Una noche de sexo de botella,
cortando de vidrio las alas de aquel amor.

No podrás acariciar tu clítoris,
dándome la espalda;
buscando un espasmo olvidado,
mientras se seca mi esperma
sobre tus muslos.

No habrá embarazo indeseado,
por desprendimiento de óvulos,
al estallido de orgasmos.

Ya no podremos contar las lunas.
Porque no hubo traiciones mutuas.

Sólo un cerrar la puerta,
y un aborto espontáneo,
de este amor eterno.


2001

27 de noviembre de 2008

Los signos de tu espalda

Me he detenido,
sin mecha ni aceite,
con un cometa en la mano,
en las estrellas de tu espalda.

Signo de signo,
códice de volutas,
catálogo sepia
de verdades infinitas.

Dicen,
habrá de creerles,
que las proteínas de este lunar,
han hervido,
alguna vez,
en la incandescencia primigenia.
Casualmente,
mis yemas también.

Pero sucede que,
antes que nominalista alguno,
se atraviese en esta disputa de dominio,
yo,
a este lunar,
lo titularé
con nombre propio,
con designio mágico.

Como bandera clavada en valles lunares,
(que roban los nombres de tu espalda)
mientras las carabelas cósmicas
se destrozan contra las ondas magnéticas.
Reclamo este lunar,
DD 5483.

Es un convenio entre vos y yo,
sólo vos y yo conocemos el designio,
claves mutables al rigor de los labios.

Y jurando por los fundamentos cósmicos,
(infinitos ojos que miran los confines)
este lunar que mis labios adoran,
quizá vuelva a transitar los asfaltos,
con la seda de otro guante.

Pero,
sabrás definitivamente,
que ha de ser eternamente mío.



2004

26 de noviembre de 2008

Psicoanálisis circular

Me parece que esto es un círculo.

¿A que volverán mis padres,
jóvenes en el recuerdo,
llevando a la izquierda
mi recta temporal?

¿Para que recordar aquellos besos
aquellas caricias
aquel sexo?

¿Para que recordar,
las noches de espera,
frente a las salas de parto?

Si los silencios ya están en mí.
Las cobardías ya están en mí.
Y la muerte,
hace tanto,
es mi concubina.

¿Para que mi espera junto al teléfono,
esperando esas llamadas,
sí sé que no lo van a hacer?

Quisiera salir
para ver el sol.
Quisiera oír,
¡bien, comienza mañana!.
Quisiera sentir
dos palmas en mi cara,
para llevar mis labios
a su boca.
Quisiera volver a escuchar:
¡hola, Pa!

¿Es mucho pedir?
¿Dónde lo debo pedir?
Los mármoles no responden.
Los montes se callan.
Los patios se escapan.

¿Dónde, sino aquí?
Donde hay un espejo recto,
que devuelve mis palabras circulares.
Donde hay infinitas rectas,
marcando caminos a seguir.
Donde no hay rombos carteles,
para todos mis no.

Pero temo construir un aljibe seco,
donde abreven,
como yo he abrevado.
Y mañana ser citado,
bajo otra lámpara,
en busca de sus fantasmas,
que yo
en rueda de noria,
les habré legado.


2000

25 de noviembre de 2008

Hijo, no pases la puerta

Wellcome, my son,
wellcome to the machine.




Hijo,
no pases la puerta.
Quizá mi ausencia haya sido tu lucha.
Mis números tu horóscopo.
Tu boca tan cerrada como la mía,
para mandarme toda la fruta,
y tu corazón tan sensible.

No te quiero blando,
te quiero duro.
Pero te quiero duro,
así de sensible.

Duro para rescatar las sonrisas de las rocas.
Montarte al cenit de los molinos.
Atronar en los lomos de los dragones.

Para no creer,
como nosotros,
que apedreando los carteles de Coca-Cola,
arrodillaríamos al capitalismo.

No quise faltar en tus noches de cuentos.
Quise abrazarte en los fantasmas de los bosques.
Ni sé que personaje de la tierra media te identifica.

Pero ya no es tiempo de fantasía.
La máquina te espera.
Dispuesta,
aceitada,
caliente,
para absorberte,
deglutirte,
disciplinarte.

Ya ha pasado sobre mi cadáver,
o sobre mi pecho cobarde,
es lo mismo.

Arrebatando la piel de mi generación.
Generación cruzada de contradicciones.
Desapareciéndole uno a uno sus sueños,
Mintiéndole sobre el orden de la casa.
Robándole,
uno a uno,
cada pañuelito
que habían bordado las abuelas.

Terminaron con nosotros.

Ahora,
el tiempo está cumplido,
peces donde vacas,
fuego donde cabras,
muerte donde esperanza,

Ellos que no han podido cumplir sus propios anhelos,
libertad, igualdad, fraternidad,
que no encuentran la mano invisible
que trae pan,
ahora,
van por ustedes...
van por vos.

Quizá haya sido la misma máquina,
la que me amputo las manos.
No estas manos
que te palmean la espalda.
Las que se insertan en la lucha.

Aunque me niegue a regalar
mi plusvalía,
mi decencia,
mi alma.

Pero sin coraje,
sólo poniendo la espalda,
al látigo,
al barrote,
al reloj.

El pistón aplasta,
comprime,
roba.
Y eso es tu hambre.

Mi rodilla doblada de terror,
disminuye el valor de nuestro trabajo,
y aumenta sus poderes de sometimiento.

Al menos te queda el rock&roll,
mi única herencia rebelde

No creo que Francisco, Mahatma y John te denoten algo.
Tendrás,
supongo,
tus propios héroes.
Para enfrentarte al patíbulo
de las instituciones.

Contradicción elemental al cruzar una puerta.
No es lo mismo leer un libro mágico,
escuchar un cd épico,
que comprar una hamburguesa.
La Cajita Feliz trae
pasta de gusanos,
humo de Napalm,
huevos de serpiente.

Se nutre de Aparatos Ideológicos,
se calienta con tumbas sin nombre,
se vende con sonrisas de candidatos.

En cada Track-Track de plástico
detrás de una ingenua firma,
reside su intangible malla,
nuestro Amén cotidiano.

Sólo mi deseo de padre...
no te devore la máquina.

24 de noviembre de 2008

Un beso en medio de la tormenta

Cuando te beso,
rebeldías olvidadas me surcan la frente.
Es tu boca remanso y vórtice,
para mi espalda enardecida.

Cuanto mejor sería quedarme aquí,
sólo a mirarte a los ojos,
pero,
nos ha declarado la guerra.

Afuera cíclopes ciegos,
arrojan noches de entrega,
despedazándonos el futuro.

Arrollan con su caballería
en las plazas,
y decapitan ancianos
en la cola de un banco.

Pero
he tenido tus pechos esta mañana,
endulzándome los labios,
refrescándome los ojos;
y me han puesto de pie.

Y porque creo en tu piel,
en nuestros infinitos desayunos;
es que debo salir a pelear,
por esta tierra arrasada.

Ellos,
no tienen quien los ame.
Sólo conocen hembras,
putarracas de escritorio.

No saben del perfume
de una axila,
ni la mirada de un hijo
que les sonría.

Son tus rodillas abiertas,
una invitación al paraíso,
un cenit de nuestros susurros,
una justificación de la vida.

Lástima,
ese empeño que tienen,
en burlar nuestra libertad y expresión,
robándonos y saqueándonos con decretos,
allanándonos con nuevos golpes.

Y te digo,
amor,
esto ahora,
que estoy partiendo
hacia la Pirámide,
con los brazos cansados de lucha.

Cuida a mi hijo,
salgo por él,
que quizá no vuelva esta noche.


2000

23 de noviembre de 2008

Poéticamente hablando

Poéticamente hablando,
se pueden decir muchas cosas.

Subirse a un cerro a declamar justicia.
Aferrarse a la espalda de los pterodáctilos.
Calcular las ápsides de Io.
Juntar los ojos de los peces abisales.

Metáforas de lo previsible,
calculable, imposible.

Puedo,
poéticamente hablando;
decirte palabras de fósforos,
para incendiarte las alas de serpiente emplumada,
bebiendote la gota densa,
que cae de la junta de tus mitades.

Puedo,
poéticamente hablando,
remover el smog de los bosques,
reflotar a Rainbow Warrior,
desactivar las ojivas de Arkansas,
alimentar los niños de Ruanda,
disminuir los suicidios de Estocolmo.

Puedo,
poéticamente hablando,
morderte la espalda,
aprisionarte el monte de tu nombre,
pidiendo que silbes “La cucaracha”.

Puedo,
poéticamente hablando,
colgarme como Superman,
de los alambrados de Gaza,
para que dejen de matarse.

Puedo,
poéticamente hablando,
recorrer tu mielina,
desde las ostras de tu mar,
dentritas, axones, sinapsis,
hasta tu bulbo raquídeo,
estallarte el cerebro de campanas.

Puedo,
poéticamente hablando;
pagar la deuda externa,
borrar la división internacional del trabajo,
colapsar el maldito capitalismo,
declarar libres a las Iraníes.

Puedo,
poéticamente hablando,
subirme a un colectivo en Villa Lugano,
y descender en el Museo Frida Khalo,
con mi yerba, mi bombilla y mi mate,
preguntar por tu templo,
y dejar mi piel en ofrenda.

Poéticamente hablando,
claro.
Puedo decir: Te amo,
que nadie me lo va a creer.


2003

22 de noviembre de 2008

Maestluna

Ella tiene ojos que ven
ángeles en los banderines de las marquesinas.
Oídos que escuchan
la caleidoscópica melodía de las llantas de los autos.

Descubre la geométrica sonrisa de los gatos
en una tarde de paso lánguido.
La vigilia de los perros
detrás de sus jaulas de patio.

Y yo
que digo adorar las palabras
me descubro en una mentira
porque he descubierto teoremas parciales
sobre los pupitres
los monitores y las lápidas.

Pero me falta algo de su ojo
y de su oído
para descubrir
cada día
la belleza
que guardan las alcantarillas.



2002




Rosa:
hoy hubieras abierto tu casa, como todos los años, para recibirnos a todos por tu cumple.

21 de noviembre de 2008

Avioncitos de juguete

Viste que cosa,
los avioncitos.

Vos que los arrojabas
con tu mano de hierro.
Vos que inventaste
los bombarderos sobre Nicaragua.
Vos que soltaste a Baby Child
desde el Enola Gay
Vos que asolaste
el Mekong de Napalm.
Vos que volaste
sobre la Plaza de Mayo.
Vos que probaste puntería
en el Palacio de la Moneda.

¿Qué no fuiste vos?
¿De quien crees que hablo?
Tenés razón,
no fuiste vos.

Quien alumbraste de terror a Guernica.
Ensombreciste el mediodía de Londres.
Quien llenó de Tora Tora
tu Puerto de Perlas

Vos,
gendarme no invocado,
estás probando de tu veneno,
veneno que no saludo.

No podrás en las cenizas de Kabul,
secar las lágrimas de inocentes,
entre los escombros de tus Twin Towers

2001

20 de noviembre de 2008

¿Dónde estás?

¿Dónde estás?

¡Estoy tan impaciente, Nena, de conocerte!
Mis manos juegan mariposas de humo hueco.
Mis ojos cavilan la estrechez de pasarelas inertes.
Mis oídos se llenan de rockandblues que adormecen lágrimas.
Mi boca besa estatuas de sal, a falta de tu medusa.

Camino largas veredas de chocolate.
Contando las juntas de baldosas grises.
Mientras el reloj sigue corriendo.

Y yo,
Envejecido de Arco Iris,
esperándote.

No te conozco.
¿O sí?
No sé.
¿Existirás?
Princesa de luz.
¿O solo insisto en imágenes muertas?

Quizá estés,
guardada en una cripta de cemento,
inundada de mares de tinta,
abordada de papeles mentidos,
gastando los ojos en teorías absurdas,
esperándome.
Y yo, sin conocerte.

O colgada de nubes de colores,
navegando tules,
volando bosquejos,
soplando burbujas de genio,
con el regazo vacío.
Y yo, sin dibujarte.

Puede que nunca haya escuchado tu voz,
soplando orgasmos sin destino,
o estén mis oídos habituados a tu timbre,
comprendiéndome,
aconsejándome,
peleándome.
Y yo, sin escucharte.

Quizá estés tan cerca mío,
que respires mi aliento,
en lo cotidiano de la lucha urbana,
o tan lejos
que sólo la luna puede vernos juntos.

Trepando trenes,
triturando trigales,
bebiendo arroyos.
Y yo,
en este pozo,
esperando estar en tu aljibe.

Puede que te escondas en el insondable infinito,
hablando un lenguaje que no es el mío
o mirándome tibiamente,
sólo desde ahí,
Rozándonos pulloveres en pasillos,
andenes,
colectivos.

Y yo,
perdido en rutas sin brújula,
esperando hallar tu mapa.

Ahora que estoy sólo y vacío.
Me pregunto si tu piel me será ajena o conocida,
si tus pasos son lejanos
o el color de tus manos conocido.

Quizá creas que no necesito nada,
escondido en mi dolorosa coraza de tortuga.
Pero, en verdad,
me seco sin piel de mujer.
Goteándome las comisuras
al ignoto perfume de tu pelo.
Imaginándote llegar
para regalarme el sabor de tus frutos.

¿Dónde estás?, Muñeca de cristal.
Encandilame con la luz de tus ojos,
arrullame con la armonía de tu respiro,
reptame con los pliegues de piel,
emborrachame con la esencia de tu flor.

Ya trabajé, buscando pan
y encontré hambre.
Ya estudié, buscando conocimiento
y encontré ignorancia.
Ya lloré buscando desahogo
y encontré más lágrimas.
Ya busqué tus pasos amanecidos
y encontré más noche.

¡Hola, hola!
¿Me escuchás?, Descanso de cielo.
Borrame del libro del olvido,
con tus cascabeles de risa.
Ayudame a trepar escalera armónicas,
con tus brazos de tiza.
Devolveme una esperanza de imberbe,
con tu reloj de arena mojada.
Rescatame de muertes cotidianas,
con tu lujuria de Venus.

Sea como sea, el segundo tiempo comenzó,
te conozca o no,
debo jugarlo solo,
deberás saber que te busco,
ansiosamente.

Para sumergirme mansamente en tu mar,
y sucumbir plácidamente en tus cuencos.



1997

19 de noviembre de 2008

Saltar

Respirar suave
dejando transcurrir los minutos.
Sigo pateando las piedras de las veredas.
Amanece de lenta parsimonia.
Un arrullo de Ave Marías
despelmaza las arañas de los techos.
Tengo un perfume a lavanda durmiendo a mi lado.
No te puedo llevar a correr
salgamos al parque
no te puedo sofocar de sábanas
dame un beso
te lavaré el pelo
se me enredan los ojos en tu boca de jarro
no te puedo quitar el pulmotor
me agitas de mirada inquieta
dejemos de correr a ningún lado
regalame una menta
no puedo seguir tu ritmo
digamos un adiós de murciélagos.
Tierra de prisioneros
marcando el paso
allí vienen
a ablacionarnos la frente
cercenan libido
impulso
inteligencia
prohibieron a Eva
Sartre, Marcuse, Boff
arrancaron los posters de Mae
de la Coca, de Ornella
escondieron una película Clark
Marlon, Marcello
tradujeron mal Verano del 42
IL Sorpaso
y la Dolce Vita
mientras nos roban la noche
el pan
el idioma.
Pero aún no les alcanza
traen chispas y ratas en las manos
padres bondadosos
de niños arrancados a sus madres violadas
tienen tumbas de agua
de sótano, de exilio.
Nena
que le hiciste a mis huesos
no puedo saltar esta pared
que contradicción trae tu fe
tu cuerpo
tu mente
tu vientre
gaviota
no me estrangules con tus plumas,
que no se volar
dejame liarme en tu juegos
de figuritas japonesas
no me invites a saltar la soga
se me seca la garganta
no me robes el vaso
que dejás el gusto de otra boca
muero si te veo
detrás de los cristales de mis silencios
muero si me rechazas
por previsión
en calles cotidianas
muero
como siempre
de todos modos.
Correré hacia el frente
caeré de astrágalos
curvaré los trampolines
saltaré al vacío
daré dos vueltas
pero caeré de pie
no doblegarán mi cuerpo esmirriado
seguiré corriendo en busca de primaveras
aunque me corran los cuervos
aunque se me escapen las mariposas
entre mis manos artríticas
y los huecos de los dientes
No te asustes
seguí corriendo
seguí cogiendo
seguí viviendo
se acercan los perros
oliendo nuestros miedos
huelen nuestros de sudores de parque
fundición
volante
teléfonos
huelen los perfumes de mi semen,
tu estrógeno
su teta indecisa
huelen tu panfleto,
mis cuentas de colores,
su poema sáfico
No te asustes
pero escondé el machete
que tienen mejores dientes
pero no escondas tu rebeldía
y no te hagas perro como ellos.
Fresca mañana
niña
sigamos caminando en la ruta
mirá tu vientre creciendo de mi niña
le pondremos una advocación de virgen
que hacia ella vamos
madre y compañera
haremos un alto
quiero escuchar sus latidos
la lluvia nos bendice los pasos
lentos
cansados
firmes.

Todavía espero
niña
una respuesta
casate conmigo
no regales mi hija a los gitanos.
Bato mis alas calmas
entre las suaves montañas
allá veo escalar a esa especie testaruda
clavando sus estacas
saludándome con respeto
cuelgan sus cuerpos de lo inasible
respiran lo intangible.
La vista me distrae
una gacela perdida
caigo en picada
toco con mi pluma apenas
su intrépida testuz
algo le pasó a mi instinto
las nubes que acompañan mi soledad
se han hecho lluvia
tengo que volver a atacar
despedazaré su piel de mechones cándidos
pero me mira desafiante
con sus pezuñas intactas
en alto
quiere entregar poemas
de sangre y lujuria
no puedo tocarla
rasgarla
asesinarla.

¡Bah!
Ya vendrá otro cóndor
de plumas nuevas,
pico fuerte
y mejores garras,
dejemos al compañero
arrancarle todos los gritos.
No quiero jugar a la pelota
salgamos a pedalear
te quiero hablar de Kafka, de paz.
Te regalé una bicicleta,
un video juego,
un profiláctico
nunca un arma de juguete.

Aunque no me entiendas
las armas traen desgracias
Pero temo que no me escuchás
hay ruido de interferencia
otro mensaje.

Salgamos a pasear en bici,
te mostraré los niños sin bici,
sin pan.
Si no tengo trabajo,
no saldré a robar para alimentarte,
aunque te enojes,
aunque te pierda.
Hace tanto que quiero escuchar una revolución
pero no me quites la poesía
atravesemos la frontera de tus desconfianzas
de mis cobardías
no me asusta tu verbo dialéctico
tenés acentos de justicia
no te escondas
haremos una ronda
orinaremos en Davos y Wall Street.
Dejen de hablarme
que no puedo entrar
no me tienten
no me inciten
no me soplen
(ahí pasó la soga una vez más
y no me enredo en su salto)

Que tal si me acompañan
ya olvide este juego de niños
tiempos de balero
y muñecas de trapo
rondó
qui de frente
y medias lunas a la izquierda
Helter Skelter
Brown Sugar
California Dreamer.

¿Que tal si me acompañan?
Tengo un mazo nuevo
me quedó de juegos
que nunca jugué
siempre jugando al solitario
a la escondida,
a la piadosa
y a la revoluta,
truco y ludo matic.

Deja treparme a tu cintura
quiero saltar
tengo más aire que el que crees
quiero saltar
invadirme de distensiones
morir de sudor
y personalidades múltiples.
Se me confunde el sudor con tu aliento
el sabor de tu boca con mi deseo
rozaré tus pezones con mis dientes
morderé la muerte de tu cuello
golpearé tu útero con mi glande
transpiremos que el tiempo se agota.

Vi un invierno volver a entrar por mi ventana
invirtamos los números
quiero besar tus mariposas una vez más
quiero conocer los nombres de tus traiciones
quiero saber por quienes dejaste
abandonado en un rincón
el muñeco de mis depresiones
para montarte a los vientos de los cementerios.
Tanques en Praga
invierno nuclear
tortura en el Olimpo
gol de Kempes
ojos verdes
ojos ámbar
ojos cielo
ojos negros
bucles rubirojos
flequillo azabache
blonda lluvias
serena peineta
me quema el esófago
la paz de tus salmos.
Rompo el diario en pedazos
espero que no sea delito.
Invítenme chicos al cumpleaños
prometo tomar cerveza
y brindar con agua mineral
sáquenme chicos
esta noche
el cuero de carpincho
verán un delfín retorciéndose de celos
no será esta noche
noche de sepulturas
prometo bailar bajo la parra
y excitarme con las polleritas.

Hablaré estupideces
distintas a las de siempre
cuando la danza me disuelva
la mascara de hierro
no podré esconder el sentimiento
Invítenme chicos a la fiesta
será una oportunidad poco vista
ocurre en determinadas cuadraturas
en que la momia enciende sus ojos.
Yo te di esencia
yo defendí tu vida
cangrejita de bicicleta partida,
yo te cambié pañales
en noches de abandono
princesita de Bastilla
yo te acompañé en tus saltos bajo el aro.
Puedo soportar todos los abandonos
(los amores son volátiles e imprevisibles)
pero no el tuyo
te corre sangre de mi sangre.
Tengo pies aún para correr
caminar
saltar
danzar como un lobo herido
golpearme con mis ilusiones
tropezar con mis sueños bobos
treparme a los pinos y las montañas.

No juegues más a la escondida
que ya llegue a un gugol
no sé la hora de tu carta
no conozco el signo de tu esperanza.
Dame un éxtasis de vuelo
para olvidarme de mis penas
alcanzar de un salto
tu historia desconocida
dejaré mi piedra libre
para abrazar tu cintura.
Volveré a dibujar tu rostro ignoto
(espero no volver
a equivocarme de espejo).

Si querés
te traeré un cometa
pero no lucharé por vos
no es así el amor que quiero.
Te daré todos mis besos retenidos
pero no me gusta la cebolla cruda
ni ver partidos por teve.
Quiero estar donde vos estés
pero me tendrás que invitar
a los recitales
a las fiestas
a tu álbum fotos
a la cama.

Quiero conocer todos tus rincones
pero que tu mano me lleve
tus banderas me envuelvan
Me empacharé de tus alas
pero no diré palabras soeces
me ocultaré de éxtasis en mis silencios.
Me tendré que bañar
apesto de sudor y adrenalina
pondré sábanas frescas
cerraré las ventanas
rezaré un responso por mí
una oración por mis hijos
un salto
por cada una de mis mujeres
las que me quieren
las que me odian
las que me retan
las que me rechazan
mis amigas
mis compañeras
mis musas
las del recuerdo
la del olvido
las vivas
las muertas
las hadas
las agnósticas
las serias
las bufonas
las doncellas
las putas
las frígidas
las de entraña caliente.

Basta.
No puedo más.
Estoy cansado.
No tengo más piel
debajo de las plantas.
Se me desfibrilan los gemelos.
Se me aguan las pesadillas de insomnios.
Vuelvan a poner a Pink Floyd
y esa foto que no tengo.


2001

18 de noviembre de 2008

Papelito arrugado

1)
Hojas al viento / Arboles marcados / espigas de sol
Hojas de viento / suspiro de partida / cintura corva
Hojas con viento / mejilla de mejilla / beso de adios
Hojas so viento / camafeo guarda perlas / crujen los ojos

2)
Ruido de papel muerto / número que ingresa al pasado
textura de piel al olvido / estrujé las líneas paralelas
vuela tu nombre al ocaso / rumiaré tu gusto a celulosa
acto absurdo / besar la primer letra de tu nombre

3)
Vaya uno a saber de que batalla estábamos hablando.
No figuraba en ningún mapa.
Si hubo copia no sería registrada por nota alguna.
Una que otra falsía cruzaba las naves.
Un arquero alzó la mano para capturar la paloma mensajera.
La verdad estaba plasmada en el código prefijado.
Signo, permutación, clave, traslación, transcripción.
Los puentes transitados.
Y el enemigo que cubría las falanges en ojo de pez.

Horror de derrota.
Despliegue de consigna.
Bandera blanca.
Levantar los ojos.
Entregar el pecho.
Un bronce que danza percusiones.
Advertencia, recurso, amenaza no escuchadas.
Se quiebran los sueños,
la historia se desvanece de siglos,
a quien le importa.
El papel reconstruye el mensaje.
A quien le importa Waterloo
si ella lo ama.

4)

Existió alguna vez el fuego,
que daba testimonio de la luz.
Hubo tambien hogueras,
para consumar la noche.

Yo sólo recuerdo los incineradores
que soplaban sus humos vespertinos.
Ovejas grises que cabalgaban las antenas,
con ritmo, de saldos y sumas,
algún envoltorio de muñeca
industria nacional,
alguna que otra mayonesa.

No es de esos papeles a los que me refiero,
montañas de bosques holocaustizados
en el cemento de Palermo.

Sino,
sólo a una de esas diminutas motas de polvo,
que se posaban en los nidos de los álamos de Bulnes y Las Heras,
que correspondía a una carta,
desechada,
arrugada
con un final anodino:
te amo.

2000

17 de noviembre de 2008

Arroyo

arrojo tu contorno
y lo que quedaba de vos
al fuego.

entonces
me bebo las cenizas

eso es todo.


María Cristina Cambareri





Me llenás los oídos de cristales.
Yo refugiado en mi cueva virtual.
Llorando lo inevitable del tiempo.

Negándome que lo sabés
me arranco las uñas en tu cabello.
Oscuro, simple, lejano

Sumerjo las manos en cada uno de tus fonemas,
que cruzan las arrugas de mi dorso
llenando de sangre
cada uno de mis grafos informes.
Para dejar a un lado
cada uno de mis olvidos.

Y vuelvo,
sin permiso,
a pensarte.

Quemando mi contorno.
Volviéndome ceniza
que no beberás.


2001


En el cumple de Cris.

16 de noviembre de 2008

Mansas ovejas

Pasó un viento negro llevándose todas las semillas
todas arrancó, una por una.


Carina Brzozowski


Nosotros las mansas ovejas.
Que adoramos la vara y el puñal.
Balamos alegres cuando el lobo nos destroza.

Hemos visto la pelea de leones, águilas y osos.
Y a las serpientes revolcarse ufanas.
Con los cueros colgados de la alambrada,
comidos en el río,
secándose en ningún lado.

No nos importa la primavera.
Seguiremos en este sucio corral.
Añorando el látigo del capataz.
Comiendo ortigas,
ateridas de vientos negros.

No sabemos que hay detrás de la colina.
No queremos imaginación.
Seguiremos a estos perros de colmillos babeantes.
Nos han traído perfumes de nuevos cerdos.
Promesas de pastos verdes,
luego de una nueva esquila.


2000



En el cumple de la Negrita

15 de noviembre de 2008

El Buko

Allá en el fin del universo,
en la última voluta de la espiral.
Hay un hueco,
un Buko,
lleno de plumas intangibles.

Es un espacio de luna,
donde las pavas silban su orgasmo,
el ojo mira a tu ojo en torbellino de fuego,
las naranjas se guardan en cajas azules,
los chinos pierden anillos con el dedo puesto.

Es un tibio vergel,
con aroma a incienso y limón,
donde los pájaros aletean sin jaulas,
las manos se asilan del exilio,
los ángeles protestan la desesperanza,
las canaletas se inundan en días soleados.

Es ante todo un tiempo sin cuerda,
una tregua de batallas perdidas,
un podio para éxtasis de tinta,
un nido para alas quebradas,
un viaje desde los tréboles a Limuria.

No hay limites de contorno al placer o al dolor,
es aquí donde al fin el padre pondrá la rama,
la Fanny, finalmente, se morirá,
el Mangangá reverdecerá otra primavera.
Donde el sol, aprovechando la noche,
se escapa con otra luna.

Se puede ver a Raziel colgado del pino,
comiéndose las uvas verdes,
los fósforos quemarse en rito de purificación,
los ojos exorcizar lágrimas estalactíticas,
Quijotes sin lanzas huir de Dragones,
para rescatar princesas de su torre de silencio.

Y así,
mientras los cartones de rezago,
se convierten en lujosas esquelas,
las tizas pintan nubes de lana,
alguno que otro,
se da una semana más de oportunidad.

1998

14 de noviembre de 2008

Mar tibio

(Oh, I Believe in yesterday)


¡Hola Amor!
¿Que escuchás?
¿Que mensaje escondió Poseidón en esa caracola?
Mirá como la piel de León del Río de la Plata,
se eriza con el frío detrás del Faro.

Las morsas se arrastran de júbilo detrás del peñasco.
Tetis acaba de sucumbir un espigón
con la furia de su hijo.
Amatea nos regaló un arco iris.
El Pececito pateó en tu mar.

Que hago zambullido en el cielo de tus ojos.
Nereo se enojará conmigo
si no le hago hecatombes de mi piel.
Dejame encallar mi velamen en tu bahía.
Celebremos una Toma de Bastilla.

La luna se acaba de resfriar de amor.
Dame una esperanza de espuma
para guardar en mis manos.
La cuidaré como paloma
hasta el amanecer de su sangre.

Las olas curvan tu espalda de cintura redonda,
Que travesura de arpones me hizo Eros.
No puedo quitar su flecha
en tus mechones rubios.

Mordamos el arena
bajo este viento de pingüinos.
¿Que nos podría pasar?
¿Se enojará la celosa Hera?
Acaso sos Helena para que te rapten las pasiones.

No.
Alumbra mis hijos.
Envejece conmigo.

Escucho tambores de guerra
detrás de la marea.
Que tiene Ares en contra de Afrodita.
Aunque, a veces,
te veo de incienso de Atenea.

Niña.
No puedo llevarte a Grecia.
Estamos en este mar nuestro.
Sumergido de Falsas Comuniones
y Deuda Externa.
¿Acaso Mammón nos guarda una sorpresa?


2000

13 de noviembre de 2008

Río marrón

Hoy vengo, rio,
a tejerte un sueter.
Tus manos están tibias,
menean juncos en la orilla.
Perfume a totoras.
Cosquillas de dorados.

Pero hoy vengo, sabés,
a espejarme en tu cauce,
volver a parir de lágrimas,
a mi hijo,
verlo en la ventana.

Dicen, algunos,
aunque no estoy segura
(¿Acaso hay cosa más terrible,
que no saberlo?)
que lo guardás en tu cuna.

¿Que sabe una madre que es el poder?
Nada, rio, nada.
Ella sólo sabe cobijar.

Un camalote me trae una Mburucuya.
Quizá la hayan cortado sus dedos para mí.
Ay, hijo, que nunca aprenderás.

Hace frío, río.
El sol me acaricia el vientre trunco.
Mi dedos dan el último punto.
Aquí te lo entrego.
Decile a las Nereidas que lo despierten.

Decile que no vuelva tarde.

Que lo espero con la pava caliente.




2003

12 de noviembre de 2008

A través de la cortina

A través de la cortina,
agitada de la brisa sutil de tu respiro,
puedo tu espalda de trazos pintados,
tus brazos esculpidos...

Pero no,
no es eso,
no es eso lo que quiero decirte.

No quiero hablar del mar de tus pupilas,
sino del cansancio de tus manos.

No quiero expresarte la calma de tu boca,
sino le susurro tranquilo a la hora del mate.

Si es cierto,
no te pude librar
de la cotidiana cola para comprar el pan.

Pero tu mano apurada
se seca la espuma del jabón,
para recibirme con una sonrisa.

Tus uñas despintadas,
me roban las aceitunas,
cuando soy yo
quien se calza el delantal.

Por eso, ahora,
que la espalda se nos agrieta,
es cuando más te tengo,
dibujándote de venus
a través de la cortina.



2003

11 de noviembre de 2008

¿Dónde está tu hija, ahora?

Tus dedos sobre el control.
Tus manos sobre el histograma.
Los títeres sobre tu hacienda.
Los guardias en las ventanas.

Felicitaciones.
Tu balance dio en azul.
Aumentaste el excedente.
Maximizaste tu acumulación.
(Horas en negro, menores,
jubilados, indocumentados,
contratos espurios,
maltrato, desprecio social)
Explotación capitalista.

Perfecto soborno.
Le compraste a tu hija,
(en la ausencia de caricias)
un boleto a Cancún,
un Porsche,
matricula en Harvard,
un piso en la Gran Manzana

Ah, perdón,
¿Dónde estaba tu hija?

Mirando las lágrimas de su madre,
golpeada otra vez,
(rota muñeca de porcelana)
cuando la niñera la traía del Kindergarten.

Mostrándose gracil y hermosa,
en el agasajo de la Embajada
(método con que Bushbilonia;
toma lista de sus mercenarios).
Mientras influías a las Comisiones,
para eliminar el gasto social. *

Graduándose, en el High School,
(esa precisa noche
que le cambiaron
sus Marlboro por uno de Cannabis)
mientras aprobabas un golpe de mercado.

Pero, ¿Dónde está ahora?

No te hagás problema,
le está comprando mercancía a tus socios.
(Negocio redondo,
importaciones cipayas,
recompra de títulos sudamericanos,
venta de armas,
lavado de narcodólares. **)

Dura de Extasis y alcohol,
la acaban de sodomizar
dos perfectos desconocidos. ***



* Isaias 10; 1-4
** Apoc 6; 3-8
***Gen 19; 1-38

10 de noviembre de 2008

Mi Frida de Constitución

A Marta (1953 - 1994)



No sé donde se asía mi corazón.

En tus ojos verdes,
en tu boca fucsia,
bucles rubirrojos,
blanca piel estrellada.

No sé.

Furia de tus pies inmóviles;
pero no dormidos.
Tu columna vencida.
Tu respiración consciente.

Me han preguntado tantas veces lo mismo.

Tus relatos de Pampa,
tu zaino en pelo
infancia amarga,
esa tarde de invierno
fiebre
vómitos
7 años.

No hubo hierros que atravesaran tu columna.
Sólo unos viejos compañeros de planeta;
que gustaban de tu mielina.

Una cápsula/cama
atmósferas alternantes,
ritmo a tu tórax/niña.

No hubo colores estridentes,
para mostrar un grito de útero.
En el tuyo, una hija;
no mía, por supuesto,
que no te ha dado tributo de tu heroísmo.

¿Dónde residía el misterio de tu encanto?
¿Dónde los conjuros de tu hechizo?

Armstrong no la encontró en el polvo lunar.
Viernes exploró hasta la copa de la última palmera.
Cuasimodo golpeó todas las campanas.
Atila, dicen, lo descubrió en su última noche.

No en tu vientre,
ignorado por mí.
No en tu voz,
llena de ingeniosos brulotes.
No en tu fidelidad,
que nunca profesaste.
No en tu pasividad,
iras del resentimiento.

Y yo, destilando
(decían)
tu veneno de araña.
Y yo,
de mi boca
recitándote salmos, cantares,
(mis manos
entre champú, peine, hebillas lila)
Y yo,
penando por tus besos.
(Miseria material
del pobre proletario,
no poder darte un hogar)

Cangreja de patas rotas
manos torpes,
me pediste un beso
y me robaste el alma.

Alzar la vista al cielo
encontrar la luna.
El mar,
Venus descansa entre dos palmeras.
Catedrales llamadas a silencio.
Pastos que nunca volverán a crecer.

Mi Frida/Marta de Constitución,
no hubo bandera sobre tu féretro,
ni una rosa,
ni un poema.

Sólo un recuerdo
sobre el balcón de Parque Lezama.



2002


Cecilia le había dedicado un escrito a Frida, de esos que ella hace que te hacen erizar la piel y me la trajo.

9 de noviembre de 2008

Escondido de luna

Estoy aquí escondido en esta piedra blanca,
no sé cuanto que huí de mis cielos,
a esta carne derruida.
Fue quizá al descubrir mis venas vacías.

Pero no me oculté de tu sombra,
por designio natural,
pues yo te di sustancia,
te di follaje, te di savia.

Yo, aquí, delirante y escrupuloso,
soñador y medroso
en esta luna de ajenjo,
entre cometas, lobos, hadas y sibilas.

Creo que subí con una vieja bicicleta,
robada en alguna plaza,
no vi nubes, duendes, ni soles,
sólo mi corazón seco de soledad.

Aún tengo el pertinaz perfume indeleble,
de tus pañales en mis yemas,
¡Ay!.
¡No pude vivir tu primer sangre,
ni tu vestido de gasa!

Soy un viejo rey,
despojado de reinos,
que no encandila las pestañas,
de su princesita de cajitas lilas.

¿Cómo será que es mejor mirar
la descascarada ruina de la pared
que los ojos vencidos de tu padre?

No vayas al desierto, en busca de sol,
ni al mar, en busca de sal,
no persigas a un perro herido,
que hasta Dios lloró de decepción.

No hay cueva donde cobijar el hielo,
ni llanura donde gritar el olvido.
No hay libro que me explique,
ni precepto que me justifique,
no habrá cielo que me abrace,
ni infierno que me alcance.

Soy tu papá honrado,
tu papá tonto,
estoy aquí y ahora,
para tu dicha o tu escarnio,
para amar o reclamar.

Puedo volver a esta clausura,
con barba crecida
y baba caída de exilio,
buscando dulzuras perimidas,
en páginas deprimidas de fotos sepia,
colgado de esta luna de queso de cuentos interrumpidos

Después, ¿quién sabe?,
Quizá no haya respuesta.

Aunque busques mi aliento en los espejos de los circos,
mis huellas en las grietas de las porcelanas,
mis huesos en la cola de los cometas,
mi alma en los templos del Himalaya.


2000

8 de noviembre de 2008

Cuestiones de medida

¿Es lo no dimensional lo inconmensurable?

No tengo una definición del vacío.
Puedo establecerme en axiomas cuantificables,
con la inquietud de medir hasta donde llegan mis esperanzas.
Pero me sorprenden las escalas de mis iniquidades.

Si tomo este punto de vista,
apuntando hacia las huellas de lo incalculable,
termino carcomido por la certeza de mis soledades,
como un grano de arena incrustado en los trilobites.

¿Que cantidad de segundos le quedan a los pájaros de esta primavera?
¿Cuantos infinitésimos caben en la infinitud de las almas?
No hay acuerdo de pieles para valorar a los dinosaurios.
No hay recuento de glóbulos para la mancha de Júpiter.
No estoy seguro de la sumatoria de la longitud de las enredaderas.

Es mejor esperar a que pase este eclipse de luna.
Porque, cuando veo sus hoyuelos,
casi imperceptibles,
en los relámpagos de su sonrisa,
ignoro la validez de todas mis reglas,
y me expando de suspiros abarcando todo el universo.


2001

7 de noviembre de 2008

Muros de Ratas

Está claro
nada que objetar.
Los muros sólo se levantan para las ratas.

Ratas crecidas en la mugre.
Especie transgénica
pacientemente elaborada
por los laboratorios de los countries.

Enculturación
olvido de raíces.
Arboles arrastrados por alguna inundación.

Educación de circo
entretenimiento de lata
color a 60 hertz.

Envidias de gomas inaccesibles.
Ghettos citadinos
hombría en tetrabrik
fantasías en polvo blanco
confusión del enemigo.

Adoraciones al falo de metal
eyaculaciones de plomo.

Serpientes dichosas brindan en los quinchos.
Lugar donde festejan el despojo plusválico
Les encanta el marmol de las embajadas.
El cesped de los campos de golf.
Disfrutar una sesión de tortura.
Violar, entre cuatro, a una mariposa traviesa.

Han forjado asesinato,
sin responder ¿donde está tu hermano?
Los exterminios,
de razas, cultura, civilizaciones.

Inventaron la propiedad privada
el alambre de puas
y las catacumbas a cielo abierto.

Pero claro, tienen el vientre viscoso.
No existen rejas que los contengan.
O, quizá, tienen la llaves apenas nacen.

Alianza de ricos mercaderes
y famélicos mercenarios.
El terror aumenta el presupuesto.
Las ovejas aterradas temen el escorbuto
y nunca asaltarán los castillos.


2003

6 de noviembre de 2008

Puentes de Cristal

Abrir los ojos, apenas,
para recibir las resolanas vaporosas del bosque
entre aullidos de hermanos lobos
y crujir de otoñales hojarascas.
Apretar los brazos
por debajo del peto de bronce.
Respirar, suavemente,
para oír los cascos del caballo
crispar los durmientes del puente del cristal
que lleva a ella
Madmoiselle Juliette
la dulce campesina
a la Torre Norte
del palacio mágico
donde reposan los caballeros
de la reina de la fantasía.

Abrir los ojos, apenas,
para recibir los reflejos del mar del este
entre volar de gaviotas
y saludos de delfines.
Apretar los brazos
por debajo del timonel de roble.
Respirar, rítmicamente
para oír el flameo de las velas
surcando el derrotero de escuadras
que llevan a ella
Bushibu Kiku
la Geisha Azul
al otro lado del mar
hasta el Honorable Campamento del Sol
donde residen los Gloriosos Samurais
del Imperio Celeste.

Abrir los ojos, apenas
para recibir los vientos de las rutas de Arizona
entre coyotes extinguidos y espinos de silicio.
Apretar los brazos
por debajo de la chaqueta de cuero.
Respirar, agitadamente
para oír los soplidos de la Harley
retumbar las piedras del Gran Cañón
que lleva a ella
Miss Mary
la complaciente camarera
al motel Cuatro Corazones
donde reposan los Libres Motoqueros
del as de diamante.

Abrir los ojos, apenas
para no percibir al monstruo de baba
entre cucarachas aplastadas y gemidos de ratas
Apretar los brazos contra el respaldar
mordiendo la almohada.
Respirar fuertemente
para no oír los rechines de los flejes
inundar de ecos
la oscura pieza de la calle Salta
que es donde ella
la Roxana
trabaja sobre una sucia sábana
donde buscan cerveza y vaginas alquiladas
los pobres expoliados
de la Reina del Plata.

Preguntarse,
una y otra vez,
inútilmente,
donde se consiguen los zapatitos de cristal.



1999

5 de noviembre de 2008

¡Puta madre!... no tenerte

El amor es simple.
Dos que se ven,
dos que se suman,
dos que dosifican panales.

Pero no tengo el amor simple.
Nunca lo he tenido,
parece que no lo tendré.

¿Que decir de tus pechos
en el que otros posarán sus labios?

Fantasma de Canterville.
No, no es de Wilde, ni Charly,
ni León que quiero hablar.

Parece que estuvieras allí,
al alcance de mi mano,
estiro el brazo,
(manjar de dioses tu boca)
pero... estás tan lejos.

No sé si te merezco o me mereces.
(Boludeces sociales que decían las viejas de otros tiempos)
No sé si pudiera funcionar.
No sé, tampoco, ni como, ni durante cuanto.

Sé, sin embargo, que te amo.
Sin haber respirado tu aliento,
ni sorbido tu boca, tus tetas, ni tu sexo,
Sin haber tocado la piel de tu espalda, pies o culo.
Sin haber olido tu menta, tu cuello, tu axila.

Eso que otros,
sin tanto preámbulo ni colofón,
tienen al alcance de su mano.
Eso que alguno tendrá de premio.

¡Puta madre!... no tenerte,
entre mis dedos,
o sobre mi vientre.
Para contarte un cuento.
Mirar a través de la ventana.
Correr por el parque.
Desnudarte lentamente.

La distancia es inexorable.
Sólo me queda putear entre dientes.

Es cuestión de tiempo nomás.
Un anónimo se convertirá en él.
Y yo en amigo necesario.





2003

4 de noviembre de 2008

Compañerita de banco

A esta chica la conozco.
Algo me suena en su mirada.
Algo así como un sonido de placenta
un bollito rosa arrugado
un arrorró de tres de la mañana.

Sin embargo, esta chica,
está sentada aquí
a mi lado
intentando
como yo
escribir saberes en una hoja.


Efectivamente
ella supo.

Supo renombrar los objetos de su entorno.
Los fidedos
los pototos
mamuelitapegajó.

Y ahora
según veo
(de reojo
no sea cosa que nos saquen la hoja)
sabe diferenciar
a Popper de Khun
a Kepler de Newton.

Pronuncia perfectamente
a diferencia mía
el inglés.

Algo me recorre la columna
al verla
abrazarla
saludarla.
Al presentarme a quien le dice: Te amo.

¡Ah!
¿Que ha sido del Gallo Pinto,
el pintorcito rosa,
el rosal que la espera?

Como hacer, señorita...

No
esta palabra es demodé...
Mejor
mujer que he sembrado
en un vientre hace un tiempo.

Digo
como hacer, hija,
para recuperar el tiempo perdido.
Siete horas o siete años,
demasiado, demasiado, demasiado.

No
no me contestes.
Mejor concentrate en tu examen.

Hagamos de esta coincidencia,
un punto de inflexión,
desde la amargura al reencuentro.

Supongo que usted
Vos
Luli
Estás aprendiendo las curvaturas del universo
la envergadura de las pasiones humanas.
Y entiendas ahora
espero
porque las promesas eternas,
suelen tener finales abruptos.

Es cierto
no te he dado más que pobreza.
sin embargo
¿puedo pedir?
no me niegues el candor de tus mejillas.



2004

El encuentro fue real, el reencuentro no prosperó.

3 de noviembre de 2008

¿Porque digo que te extraño?

¿Porque digo que te extraño?
Si desde el primer instante de tu luz,
supe que jamás alumbrarías mis bosques.

Primera vista....

He... uy!.. desorbitación
(ojo/nave encandilamiento/vislumbre
no se pueden mirar las estrellas;
complejo de zarza)
maxilar inferior contra el esternón,
(terrible golpe, rebote diastólico)
oídos enredados, magia de sirena... o serpiente,
(para el caso es lo mismo,
mejor me ato al pino mayor).
(No recuerdo que cantabas)
(Stocking Head?... Milanés?)

Y no era nada de tu piel,
nada visto (seguimos igual),
ni pechos, ni piernas, ni sexo.
Sólo cascabeles de tus versos,
tu voz... tu sonrisa...
Ah, sí, sí...
la mano de otro,
siempre vas de la mano de otro.

Claro,
¿qué podrían saber de tu cintura mis manos gastadas?
Y ahora, digo que te extraño.

Como la Gioconda, ¿viste?
Nadie la toca, todos la ven.
Hasta que alguien la compra.
Swap,
Toneladas de chocolate.
Cortinas láser de caramelo.

Así es, ahora... ahora...
tu piel arrobada,
tus oídos susurrados,
tu sexo abordado
y tu boca empalagada...
(Perdón la rima, fue sin querer,
sólo para distraerme)

Ahora, se me ocurre decirte que te extraño.
Como si alguna vez te hubiera tenido.
Como si tus adioses de 165 horas,
ya no fueran catástrofes de lunas rotas.
Como si tus nexos de Celestina...
que nunca me asocian con nadie...
(no te gastes...
la/s otra/s también es/son imposible/s).

Como si no lo hubiéramos explicitado,
mapa 4, circunvalación 7, sol a la izquierda,
Usted está perdido.
Manzana 7, tablón 9, fosa 14, luna de diciembre,
Usted esta muerto
Línea 29, Olivos... La Boca...
Fuera de servicio, media vuelta, primera, su ruta...

Cómo siempre, ¿viste?
Decir esas cosas tontas,
antes que se corte el teléfono,
sin saber porque se dicen.
Como de boca de un imberbe tímido,
pero de labios de un viejo tonto.

Pero, planteemos un juego de palabras cruzadas.
Hay alguien que tiene lo que yo nunca tendré.
Alguien que hace feliz a quien yo no puedo.
Aplicando las propiedades antisimétrica y transitiva,
digo, rearticulo, repito,
ser amado por quien yo amo,
y sólo durante tal isomorfismo,
Necesario, no sé si suficiente...
mandale mis afectuosos saludos.

No hay caso...
sin derecho, ni obligación,
te extraño.



2002

2 de noviembre de 2008

Llueve en Calcuta

Julio, sudestada,
llueve en Calcuta,
sequia en Calihari,
época de finales.

Puedo, con mi lengua, trazar una línea,
atravesando el ecuador de tu vientre.
Siento temblores de luna,
escucho un tumulto de sirena.

Me quedaré aquí un minuto,
ocho horas o la eternidad,
observando como crece tu diámetro,
del follaje de mi sombra.

Abrazaré tu piel crecida, aún mia,
mientras, ella, baila con Lisa,
en un cabaret de Berlín,
y te vienen pulsiones de luz.

Otra vez julio,
hace frío en el parque,
hamacas vacías de chupetines,
recortadas de ojo de buey.

417,
un número clavado al marco de la puerta,
que estropea las rimas,
y presagia mi futuro de tiburón.

La noche esta serena,
alguien abrió el domo del observatorio,
una estrella le regalará luz y sueños,
medidas de fuga y fotones.

Llueve en Lisboa,
cambia la marea,
fuma el Vesubio,
se abren las compuertas de tu dique,
otro agua fertil que nos inunda el patio.

Y hoy, hace tanto de hoy,
tus valles de cuencos cálidos,
se me han secado de espinas;
en tu piel regalada.

Aunque quizá esas manitas,
escondidas de cuentos y vientos,
que ahora me ganan pulseadas,
sean las que me entierren.


2000

1 de noviembre de 2008

Frescura

¡Sonreí!,
Que no te roben la alegría, esos,
que sólo escuchan bips,
que sólo tocan teclas,
que sólo miran papeles.

¡Soña!,
Que no te quiten la frescura, esos,
que sólo creen en Mammón,
que sólo piensan en Dólar,
que sólo hablan de Tarjetas.

Esos,
no leen curriculums,
de quienes ansían ser felices,
y pueden irse volando tras una nube,
¡ Es absolutamente ineficiente!

Esos.
Terminan buscando cuerpos,
desechando almas.
Admirando sarcasmos,
despreciando verdades.
Elevando a Maquiavelo,
arrastrando al Quijote.

¡ Que no te venzan!.

Que no se vea en tus ojos claros,
la duda de tu destino,
el enojo de tu presente.

¡ Que no te quiebren!.

Que no se oiga de tus labios tibios,
la desazón de tu vientre,
en palabras deformes.

Mas bien, diría.
Levantá la frente,
erguí los pechos,
apretá los puños.

Para ver el cielo,
para esperar príncipes,
para empuñar rosas.

Y no es por vos, que aún,
desbordás adrenalina,
dibujás corazones,
perfumás de estrógeno,
escribís afirmaciones.

Mas bien, por nosotros, que,
nos quebraron la espalda,
nos borraron el futuro,
nos quitaron la esperanza.

Que buscamos túneles oscuros,
donde gritar el fracaso.
Paredes sucias,
donde golpear la impotencia.
Neones extraños,
donde mendigar lujuria.

Ahora,
¡Clamamos tu Venganza!

Que no es de sangre violenta,
que no es de verbo furioso,
sino de Sonrisa y Frescura.

Sonreí y refrescanos el alma.


1998

31 de octubre de 2008

Monólogo de Ares

Monólogo de Ares

No se como aparecí en este territorio,
en este tiempo,
en esta forma.
Es que a veces me duermo de abulia
y no despierto hasta que no se me invoque.

Otros eran los tiempos
en que el olor de la sangre
y la grasa de cien bueyes
subían a mi encuentro,
esperando mi sostén,
blandiendo picas,
tensando arcos,
lustrando escudos.

He asistido a los más grandes genocidas,
orgullo de mi mano.
He conducido a Alejandro,
Julio Cesar, Napoleón.
Soplé secretos a Aníbal,
Gengis Khan, Shaka Zulu.
Algunos me han contestado con honor,
otros con escarnio.

Pero a todos llevé,
como niños,
de mi dura mano,
cruzando desiertos,
hundiendo naves,
devastando ciudades.
Matando enemigos,
torturando a indefensos,
destrozando los cráneos de sus hijos,
violando a sus hijas.

¡Ah, el sublime oficio del guerrero!

Ellos siempre tienen su excusa de sangre,
yo mi beneplácito.
Honores de reinas raptadas,
expansión de fronteras,
disputas comerciales,
estúpidas divisas,
razas superiores.

Siempre han encontrado al hereje,
el impío,
el invasor,
el apátrida,
el conspirador,
el infiltrado.

Pero es en este tiempo de contradicciones
que he encontrado mis mejores acólitos,
que han llevado mi mensaje y mi estirpe
hasta el lugar más oscuro de la historia,
que es donde me place solazarme.

Me han ofrecido las mejores hecatombes.

He despertado temprano,
en este tiempo,
con el agradable olor
de sus cuerpos mórbidos y carcomidos,
en las trincheras del Verdum,
los pulmones abiertos sobre el Río de la Plata.

Han elevado sus piras,
llevándome el humo del sacrificio de víctimas,
de las chimeneas de Auschwizt,
de los huesos disipados en Hiroshima.

En verdad no me faltan sacerdotes.
Que blandan pica o bayoneta.
Puñales o espadas.
Fusiles o radares.

Siempre quitando a los imberbes de sus cunas,
prometiéndoles reinos o gloria,
oro o vaginas,
miedo o fusilamiento.
Dándoles dulce vino para doblegar los valles del Tigris,
cocaína para arrasar el delta del Mekong.
Sacrificando doncellas en la hoguera de Ruán,
en la piedra de Tenochtitlan.

Allí los veo.
Cortando orejas en el Monte de los Olivos,
bendiciendo Kamikases en el Ocaso Celeste,
repartiendo rosarios plásticos en la niebla malvinense.

Ellos,
que descansan hasta el próximo exterminio,
en los Coliseos, Las Tiendas, Los Templos,
Los Capitolios, Los Castillos.
Detrás de las Murallas,
debajo de los Búnkers,
dentro de Wall Street.

Los veo, furiosos,
empuñando las riendas,
arrastrando cuerpos alrededor de las ciudadelas,
cocinando de picana sobre los flejes.

Los veo, a veces héroes,
primero en la línea,
otras cobardes detrás de sus anteojos oscuros.
Pero siempre despiadados,
portadores de iniquidad,
llanto, luto y miseria.

Doblando su rodilla ante reyes,
inquisidores, economistas,
para someter a súbditos,
esclavos, pueblos y ghetos.

Siempre tendré víctimas propicias,
cada vez que nazcan hombres
que en lugar de alma y cerebro,
sólo tengan resentimientos y médula espinal.

2001

30 de octubre de 2008

Leo

Le estalló el sol en las manos,
y no pudo verlo,
la noche lo robó,
cuando su propia luz lo cegaba.

Buscando luz, éxtasis, paz,
hallo humo, golpes, flash.
Adelantó el reloj miles de horas,
y fue al encuentro del tiempo.

Entendió el universo,
las nieves, las aguas, el cielo.
No pudo al cemento, las gomas, el suelo.

Al ver que su gemela se esfumaba,
en los desiertos de sus sabanas,
descubrió un abismo hueco.
Por eso se fue a dormir,
pues estaba cansado.

Escuchó muchas voces,
hombres, Lucifer, Dios,
santos, brujas, cualquieras,
no escuchó, ¡Papá!,
que tanto deseaba.

Despidió a quienes lo ataban,
rogó perdón a quien más amaba.

Dejo el lápiz,
giró la espalda,
estiró su mano,
para alcanzar a su Hada.


1990

29 de octubre de 2008

Vade retro

Ahora,
que mi cuerpo sólo se mantiene erguido por el cayado,
que mis ojos apenas distinguen el camino del horizonte,
vengaré las sombras.

Ahora,
dejaré las fuerzas de la noche.

Ciertamente,
ya había abjurado de la espada,
la frontera y las estúpidas banderas.

Pero ahora,
que las canas invaden mis cejas;
escupo y golpeo
con mis huesos cansados,
lo que antes me pareció blanco e inocuo.

Porque los niños siguen muriendo de hambre,
mientras ellos se oponen al aborto
y sus aguas bendicen a los ejercitos de ocupación.

Porque a los desahusiados les niegan la eutanasia
mientras compran acciones de las farmacéuticas.

He descubierto,
demasiado viejo,
que quienes mas hablan de la luz,
son portadores de la sombra, el miedo y la muerte.

Es hora de exponer mis huesos,
exterminar el vicio,
dejar mi pusilánime soledad,
y escupir sobre toda religión.

2008

28 de octubre de 2008

Fósforos

Fósforos

Veo una destellante imagen azul detrás del negro abismo de silencio.
Las sombras se acomodan, se equilibran.
Había tan solo soledad.
Olor a azufre.
Nada.

Imagino manos pletóricas de cielos, placeres, éxtasis, planes, triunfos.
La verdad suplantada por juegos de traiciones.
No hay apropio de panes.
Sabor a condena.
Miseria.

Descubro labios en la cálida textura eréctil de frutillas de miel.
Despierto en angustia de hiel en páramo de agujas.
Hay una espera desesperada.
Ruido de monedas.
Lágrimas.

Conozco un cuenco caliente destino ineluctable de simiente ardiente.
Acuso un ataque de pánico de palabras huecas
Un mutismo de pudor desmesurado.
Verla de lejos.
Adiós.

Alumbro una esperanza de amaneceres fulgurantes en montañas vencidas
Encuentro un cuerpo mórbido de anquilosadas cobardías.
Una tenaz envidia de lucros ajenos.
Manos sin pieles.
Ausencia.

Crepitan las palabras en arterias de tinta articuladas en falanges hirvientes.
Decae el impulso trastocado en verbo silente.
Una angustia de comunicar afectos.
Cartas rotas de vergüenza.
Anónimas.



1997

27 de octubre de 2008

Murmullo de vértebras

Cierto,
hemos mordido manzanas,
para preguntarnos que somos.
Le hemos puesto nombre a cada cosa,
para olvidarnos de las cavernas.

Será por eso, creo,
que se me olvida del alfabeto,
cuando escucho los murmullos
de tus vértebras.
Articular verso, imposible,
debajo de tu juego de falanges.

Me creeré omnisciente.
Tonta ilusión para saber tus hormonas.
Te crearé en cada papel infinito.
Haré Moebius de tus pliegues.

No entenderé la caída.
No sabré ser Hefesto ni Lucifer.

Porque habré trocado mi vacío,
en la vastedad de tu vientre.

Me han dicho de algunos domingos,
diarios golpeando las ventanas,
barriletes colgando de los campanarios,
las radios atenazadas en algún clásico.

Sufre más el ciego que ha conocido a Picasso.

Busco tu sábana,
para manchar de café con leche.
Tu boca con sabor a recién despierta.
Tu pies con dolor a pasos por dar..

Tu soledad no es la mía.
Mi plenitud quizá no sea libro de tu museo.

¿Como explicarte?
El éxtasis de morder los dedos de tus pies.
Y un orgasmo que puede esperar,
la huida de los gatos de la vecina de enfrente.

Recuperar en tu cintura el resto de mi historia.
Asincronía de palpitaciones.

Morir de tu lluvia.
No es letargo.
Es agonía de éxtasis.

Morder de tus cabellos.
Aunque sea mi último suspiro.


2004

Guardate tu pancho

¿Que querés?
¿decirme que la vida es bella?
Deciselo a la frialdad de los cartones sábana.
A las hermosas lajas colchón de Retiro.

Guardate tu pancho.
Tu desayuno de un sólo dìa.

Ya no me hace falta.
Acá no nos hace falta nada.
El galpón nos da refugio.
Las bolsitas sensaciones.
La calle escuela.

Siempre lo mismo.
Creyendo que esas crucecitas,
colgadas torpemente de sus cuellos,
nos rescatará de no sé que.
Para que vos merezcas un cielo,
de diarios limpios.
¿Que te lo hace pensar?

Somos piedras de alcantarilla.
Nadie recuerda si alguna vez fue bebe.
Dejanos en paz.
Dejá nuestra cara sucia.
Nuestro cigarrillo.
Nuestras estampitas.
Nuestro hambre.

No te preocupes.
Nuestros pies son ágiles.
Cuando nos ataque el hambre.
Sabremos que hacer.

No tengas dudas.
Sos vos quien necesita de nosotros.

2001

26 de octubre de 2008

Tren perdido

Estuve, casi, por subir al tren,
las cadenas apenas se movían,
pero temí manchar mis zapatos
con los vacíos de un reloj,
y arrancó llevándose mis sueños.

Estuve, casi, por gozar de la vida.
Ella tenía una vulva batiente,
y su ritmo de vapor encendido.
Mucho vértigo.
Y se marchó llevándoseme dos hijos.

No puedo quejarme...
o sí, puedo, pero no debo,
los durmientes fueron mis huesos.

Quizá la noche
que siempre se apiada
traiga de regreso
un cuarto de mis genes
y pueda abrazarlos.


2008

19 de octubre de 2008

Números huecos

En la vidriera hay un gordo
con un habano, un Rolex y una mina
desmechada o despechada
o despeinada o desmallada, no sé.
Guardate el habano y el flor de relosss.
La mina, si fuma habanos lo tendría que pensar.

Pero mis amigas, de las otras,
que se lo hacen a su naboleti sin lotoquinesis,
saben que me van más un par de pupilas
que ocho kilos de tetas.

10 dígitos, justo igual que los de mis manos,
que te dividen, te restan, te mutilan,
te ortonormalizan, te declinan.
Sos de arriba o sos de abajo.
Marca de sumisión o sodomización.
Tener o no tener, dijo, Shakestamo.

Con 10 palos,
¿cuántos sándwiches de salame
se le podrían dar a los pibes
que revuelven los contenedores de Macri
en busca de Milkas vencidos
ya mordisqueados por los Rottweilers
cuyos dueños piensan que el colesterol
les puede hacer daño?

Digo, porque si te lo regalan,
sin obligación de compra,
debe ser porque sobra
y si sobra es porque alguno los afanó.

Algo así como:
fume que es perjudicial para la salud.
Ah, claro, no puedo llegar tarde,
mis zapatillas apuran,
otra marquesina.

Dos números para localizarme en el mapa,
tres en el universo,
cuatro en el espacio-tiempo.
El índice Dow Jones me deja sin palabras.
"lalalí io iiio aiaiaaiiiioia" diría don Vicente.

El panóptico viene con el billete de One Dollar.
Y yo con ganas de gritar.
Porque gritamos los impotentes, digo,
quienes no podemos agarrar,
deficiencia de adrenalina
antes que de testosterona,
un palo para mostrarnos al mundo,
por lo que los dueños de los verdes terminan empalándonos como inmundos.
Ni Greenpeace, Tarzán, ni Shaka Zulu nos salva.

Los Mayas y los Aztecas, dicen,
fueron primeros en llegar a una verdad
el cero. La nada.
Sólo si la nada te divide llegás a ser infinito.
No, nada de metafísica.
Esa psicosis, por Zeus, ya fue.
Es que me vengo a enterar,
y mierda que tarde,
que lo absolutamente grande
está en la pequeñez de un parpadeo.

Como la aprobada paranoica hipocresia social:
si me llevo a una nena de 12 años a mi casa, para darle de comer y una educación, seré acusado de paidofilia y estrupro. Pero si cierro los ojos y la nena, que ya muestra sus tetitas, es abducida a un bunker proxeneta, nadie objetará, porque nadie lo verá, el summum de la felicidad ciudadana, que yo me olvide de los libros, ollas, sartenes y Blanca Cotta y desarme su cuerpito amenarcado.

Como dijo aquel anciano:
"el camino mas largo comienza por el primer paso"

Quizá esta suerte de huecos inconexos
pertenezcan al dominio de alguna función trascendente
y este interruptus signifique algo.

2008

6 de octubre de 2008

Maga de Munro

Bajo el adormilante sonido de los telares de Munro,
cuentan que nació una Rosa,
allá, hace un tiempo.

Según parece,
(no soy quien para desmentirlo)
la niña nació al revés;
y con el esternón abierto
de modo que siempre andaba
con el corazón al aire
y el alma desnuda.

La echaron del Colón;
porque no paraba de volar entre las tramoyas.
Probaron con el piano,
pero se ponía a charlar con Wolfy.

Claro, luego vinieron los 60
y los deseos lilas de conversar con los gatos.

En una era de fuego,
de la mano de un cierto barbudo,
bajó a una de las Pléyades
y no contenta con ello,
a un varón terrestre.

Fue cuando,
(fuente no del todo exacta,
a causa de una intoxicación
con sopa de zapallo)
decidió ver al mundo a través de un Ojo de Buey,
descubrió el verde.
Y le nacieron
duendes en los dedos,
árboles azules,
veredas infinitas.

Producto de un éxtasis de luna,
una noche se olvidó de cerrar las ventanas;
y le entraron espiralados
que le invadieron el quincho
y le gastaban los fósforos.

Dado que ya tenía plumas,
se convirtió en gallina,
y bajo su cálido regazo,
se dedicó a restaurar alas rotas.

¿Futuristas, Dadaistas, Ultraistas,Creacionistas?..
No señor, nada de eso, Bukistas,
si hasta tenían manifiesto, ¡caramba!

Una tarde,
por andar volando sin aeróstato,
se enredó en una red redosa, bluosa y cianosa,
sus dedos cruzaron los mares,
y los salones virtuales conocieron la gracia de su tutú

Hace unos días,
(los supe entre el llanto ahogado de la Negra),
como sus Flecha juveniles,
gastado de trajín y préstamo sin vuelta,
su corazón se desflecó,
sus brazos descansarán
y su esencia terrenal
dormirá junto a Casandra.

Viernes, 08 de agosto de 2008

Tenés

Tenés

A Rosa

Tenés una paz etérea,
un cuerpo frágil; casi imperceptible.
Tenés una fuerza intensa,
un espíritu calmo, casi inflamado.

Tenés un nombre simple,
un cristal de pétalos, casi aromático.
Y yo, herido de mis caídas,
con las manos vacías, sin saber si tengo.

Te siento pasar suave,
con paso cadente, casi un vuelo de ángel.
Te siento hablar tibia,
con verbo firme, casi una arenga vital.

Te siento pensar sabia;
con palabras pastel, casi una oración.
Y yo, con el corazón partido;
los ojos dolidos; sin saber si siento.

No existen las hojas de otoño,
en tu eterna juventud; casi infantil,
no existe el tiempo;
con tu serena belleza, casi virginal.

No existe el consumo,
en tu refugio de luna, casi un edén.
Y yo, inestable, indeciso,
sin un regazo de cobijo; sin saber si existe.

¡Ay! Que no puedo escapar,
de mi cárcel de sentimientos.
¡Ay! Que no sé a quien amo,
quien compañero o amigo.
¡Ay! Que al morir el amor que me cegaba,
no sé si decir un simple: ¡Te quiero!

1996

El problema es tener amigos

El problema es tener amigos.

Y los amigos, como los rios,
terminan defluando mares.

Yo, por ejemplo,
tomaba mate y sopa de zapallo.
Tenía frío y no me sobraban monedas.
Pero esa amiga estaba allí.

A veces, como los volcanes,
las venas exbroptan truendes,
y los amigos siedran la buerta
em suabe silensio de bantuflas.

Yo tenía una rayuela llena de gatos
que se colgó, sin aviso,
de un cometa rumbo a Limuria.

Como decir entonces
de los participios partidos
la circunstancia de un adverbio
la quietud de un verbo
la vaciedad de un nombre.

Quise llorar las cenizas de los pájaros,
pero ni pude montar aquel viejo parapente que colgaba detras del espejo junto a esas florcitas de sintético por encima de la canilla.

Es cierto.
Los panqueques nunca saberán lo mismo.

5 de octubre de 2008 21:02

15 de mayo de 2008

Caramelo

Miércoles

El envoltorio no disipa tu dulzura.
No te puedo ver, pero te puedo imaginar.
Ya te he gustado
(desplazamiento de sentidos)
en otras latitudes, cinturas, encajes y bibliotecas.
Mi lengua ha conocido otros ácidos, dulzuras y mieles.

Esperaré hasta el momento adecuado,
aunque nunca llegue,
pero la expectativa es señal de vida.

Esperaré para gustarte, chuparte, saborearte, morderte, licuarte.
Dejemos ya a Girondo
Aún no,
primero mis yemas
sobre las leyendas de tu envoltura.

Jueves

Ese plato vacío es señal de una ausencia.
He resistido los vendavales.
(Vendavales espejismo desde mi vientre, mi piel y mi tiempo)

Para que me muestres tu frescos colores.
Es probable sí, que el hambre me haga disfrutarte mejor.
Casi siento rebalsar mi saliva por las comisuras.

Los cuchillos descansan,
por fin,
de mi furia.
para no ser enterrado fuera del pueblo,
en un sepulcro sin nombre.

Entra un rayo de sol,
mis labios se relamen de tu dulzura.

Viernes

Aunque te multipliques mil veces.
Sólo te quiero de una.
Están tan llenos las carameleras de los quioscos,
como los burdeles de prostitutas.
Romperé el cristal de tu contorno,
con la punta de mi lengua,
única forma de tener la fruta.
Flotan mis medias cansadas.
Quisiera estar rozando otro algodón.

Sábado

He regalado un clon.
Castigo de mal compañero.
Antígona no conoció a Himeneo,
su amor no llegó a amante,
la seda destinada a su boda,
rondó su cuello.
Su primo se atravesó las costillas,
la besó de su sangre.
La única que conoció el Tálamo.
Mi clon es de otro azúcar,
por suerte no conoce de estirpes.
Se abren las puertas,
te sigo guardando cerca del corazón.

Sábado

Un mensaje compite con tu textura de limón.
Un número oculta la transmutación del pan.
Una luz no oculta la sensación de celda.

Mi mano golpeando la rabia,
el hambre golpeando a la puerta.
El caramelo sobre la mesa.
Libros de esperanza.
Que Zaratrusta se calle,
no me importa si Dios ha muerto.
Quiero un pasaje de avión.

Domingo

Un ataque de ansiedad,
relojes que marchan,
campanillas que no suenan,
otro café
hipotensión, hipoglucemia, hipoacusia,
complejo de hipocampo.

Ah, al fin, empacho de caramelos,
que viajan por el espacio,
descienden por el palo de la esquina,
que se enroscan, marean, suben por el rulo del teléfono.
Túnel del tiempo,
escuchar dos palabras luego de dos décadas.
Tanta espera anquilosa los oídos.

Una tacita de manzanilla, ron y miel,
para que Fausto firme,
entregue su sangre sin polémicas
con un lacre de caramelo.

Lunes

Es tanto el despelote.
Tanta la disipación de mis neuronas.
Tanto los calambres de mis músculos.
Tantas las horas desbordadas de mi agenda.
Tantas las contradicciones de mi boca.

Falta tanto para tenerte.
Es probable que Arcor quiebre.
No sé si mis huesos soporten.

Dulce caramelo,
¿porque señal de Venus,
no puedo encontrarte?.
Quizá, te haya sorbido en sueños.

2003


2 de enero de 2008

Plagio y tema

El Plagio

Un hombre en la sombra

1
Acá empieza mi día
en esta jaula diminuta
sucia
donde la luz falta sin aviso.

2
A este hombre lo pusieron adentro
en el fondo de la celda
un silencio en el límite
para dormir
escapulado del mundo.

3
tengo un valle estático
recortado de una oscura revista
acá todo parece arco iris
incluso la mierda seca.


4
Las moscas y los gusanos juntos
cagan
a contrapelo del viento,
amor, el, o
palabras se siempre
que aquí no dispensan.

5
otra tarde se va
hacia el fondo de un saco lívido
escupitajos inmundos
calor sin aire
ex hombres
perecidos de un vago ser
inexistentes
sin nombre
nadie los espera.

6
vegetan, esperan la onda jibosa
con los ojos descamados
distintas mioatrofias
que los confunden con el ladrillo
como ojos de papa
son cosas oscuras
cosas desnombradas
que sólo gambetean la hoja
como un reloj amarillo
de Ningunlugar.

7
mi nombre siempre ha sido una cifra
desprendido del pasillo de este purgatorio
todo aquí es todo
sé que vivo
sólo
por sístoles.

8
afuera
mi corazón miraba las estrellas
dibujaba constelaciones
renombraba su vacío
sólo una instancia
como un rollo de yerba
fumando.

9
otra tarde, ¿y van?
sólo aúllos soeces
sin respuesta
manuelas
masivas.

10
sacro azul
adoran los cuencos fugaces
creen en el cielo y lo profanan
se estremecen de pajas
manchas en la soledad de sombras
bacilan como insectos, una ramera infiltrada
que abrió un rostro
una teta
de feo espantajo
se consagra.

11
mi nombre cumplirá su cadena
de los enjaulados
aunque remonte vuelo
viviré sin sol
hasta esa noche que retorne
en sí
y me reconozca.

12
sólo un grito nativo
por un sucio Sertal
aquí se muere
la dicha es sólo una palabra.

13
el Nipón camaña
flores postizas
que no ansían la lluvia
para que el tiempo se dilate
las banderas negras
de una libertad pasada
el Nipón
se espeja
sopesa el aire
y llora.

14
los gatos en el tejado
ladronan los aspavientos
de sombras tiesas
de gusanos que se pasan
jugando a ser niños
inmundos terreos
creen no estar muertos.

15
tuve una vez a Sol
le apalabraba el cuenco
Sol aún vive
debajo de un hombre
en el destierro.

16
el reloj de arena
trae pasados de color
la cama azul
la toalla roja
un corazón que revienta
y te ocurre la jaula
que picanea en todas parte
como si fuera un juego.

17
golondrinos dispersos
el turbio sabor a yodo
un cierto verde
inmundo
suspiro por agua.

18
los cuerpos caen
dicen lo que venga
para la pausa y un adentro
camino al silencio

19
me como todo el camino
y todo se confunde
se diluye
el hombre

20
acá nadie se trae
la disnea persa
se coagulan despacio
yo no fuí
dicen que dicen
para traste del mundo.

21
infierno
gota a gota
estrujado
dormir es bendecirse
por un rato.

22
lejanía
cosas sin alma
sin rótulo
alejada del pivote.

23
fumando la noche pasa
con un sólo recuerdo

24
otros paren poluciones
en otros espacios de ni
mañana
no me recordaré.

25
la hoja mohosa
que la vieja arrastra
como si flores
que cargará al horno
el moho verde de lo marchito
en otro día de la noche
bajará la cuesta
con su nombre, muerte.

26
la navaja de filo
descenderá
para que mi labio
muerda el polvo.
ansía esa noche
un corazón en tiritas
repleta
la pausa rugosa.

27
prefiero aquel ruido de nombres
pues mañana
todo lo demás
será olvido.

28
un hombre, un nombre
que alguna vez fue
nada antes
ahora desliz de un todo.
20 de agosto de 2007 09:02




El original

El ciclo de los pájaros
(María Cristina Cambareri)


1
aquí empezaré mi jornada
en este espacio reducido
en blanco
donde el ocaso nunca llega.

2
mi nombre va hacia adentro
es la raíz de las cosas
una palabra muerta en la orilla
como dormida
de espaldas.

3
todo tiene el verde quieto
impreso, sin sombras
todo parece de luz
incluso la noche.

4
insectos se mecen juntos
se tocan
unidos por el viento
o el amor
que siempre reúne las cosas
más dispersas.

5
va la tarde
fundiéndose con cosas livianas
el espíritu del mundo
el aire cálido
los hombres
que parecen vagar por ahí
etéreos
como sin ser nombrados
por ninguno.

6
la vegetación baja y ondula
tiene escamas en mis ojos
que van miopes por la distancia.
encajan y difuminan el espacio
estos ojos raleados
por cosas que he visto en la oscuridad
cosas que perdieron su nombre
y le escapan a la muerte
desde hace tiempo
desde ninguna parte.

7
mi nombre es un número
pende con lo demás en la cúpula del cielo
empieza y termina
es la palabra
que he de vivir
solitaria
para siempre.

8
la orilla del mundo
un corazón mirando la noche
un espacio entre líneas
el nombre del cielo desnudo
y el sol distante,
como un manojo de hierba
ardiendo.

9
la tarde recién despierta
las voces del mundo
y un silencio
íntimo
es todo lo mío.

10
arcos de luz
cuencos dorados y fugaces
trazan el cielo y lo desvisten
un pájaro estremece
manchas de sol entre la sombra
insectos bailan, ramas se inclinan dulcemente
todo abre las palabras
por su seno
fecunda el espanto
y lo desangra.

11
mi nombre cumple el ciclo
de los pájaros
ha remontado vuelo
vivirá contra el sol
hasta la noche, cuando retorne
a mí
y me pertenezca.

12
nació el grito del sol
es un espacio entre letras
vive y muere
en la palabra dicha.

13
niños en el campo
de pastizales y flor roja
esperan la lluvia
y se dilata el cielo
las nubes ondean negras
una libélula pasa

niños en el campo
se reflejan
en el espeso aire
de la lluvia.

14
perros en el techo
ladran al movimiento
a las sombras inquietas
a los insectos que pasan
a los niños jugando

perros en la terraza del mundo
gritan lo muerto.

15
tuve una vez el sol
en el cuenco de las palabras.
hoy el sol es todo lo vivo
y mi nombre debajo,
el desierto.

16
niño en la arena
colores que van y vienen
una hamaca en azules
un tobogán en rojos
el corazón del niño se vierte
y discurre entre los pájaros
que picotean allí y allá
como parte del juego.

17
gorriones dispersos
todo es el sabor de la lluvia
en lo verde en lo cierto
en el mundo
corazón de agua.

18
como cae el cuerpo
dice mi nombre
hacia adentro y sin pausa
camino en silencio.

19
el camino es como todo
arriba y abajo se confunden
y confluyen
en el hombre.

20
nadie se distrae
ni se dispersa
como coágulo de espacio
soy
y me nombran
con letras de este mundo.

21
día ignífero
agotado por su centro
exprimo por los ojos
duermo en su nombre
para siempre.

22
mejana:
el espíritu de las cosas
y un nombre
quieto en su centro.

23
esperando que la noche pase
qué sola me encuentro.

24
pacen por ahí / pululan
los espacios que fui
antes
cuando no me conocía.

25
somos hojas
que el viento arrastra
somos flores
que las hormigas cargan

somos lo verde que marchita
y el día que es noche

una cuesta que baja
y después muere.

26
bajan los hilos del día
descienden
como un labio
a besar la tierra.

se hace de noche en todo
un corazón tirita
y se completa
en lo oscuro sin pausa.

27
prefiero este silencio sin nombres
hoy
cuando todo lo demás
es de noche.

28
un perro, un gato
un antes que nada
un después de todo.