30 de noviembre de 2008

Quien me habrá mandado.

Yo no sé para que abro
a la luna mi ventana
estas noches otoñales
melancólicas y blancas.
Juan Ramón Jiménez



Quien me habrá mandado a mí
mirarte a los ojos.
Si estaba gozando
las navajas de mis muertes.
Hundido de traiciones
en los frios abisales.

Pero se me ocurrió,
¡estúpido!,
escuchar tus poemas.
Que no eran para mí,
pero que me importa.

¿Como hago ahora
para quitarme este resplandor
de luna inútil?
Que se destila como veneno
en mis vapores,
se me escapa como vivora
de las comisuras,
y me muerden escorpiones
la garganta.

Si hasta me fui
buscando juicio.
Declarando a cada testigo
lo indeclinable del adiós.

Nadie
meneando sus cabezas
me creyó,
Y volví sin bellotas
ni reinos extraños.

Y aquí estoy,
esclavo de tu frescura.
Esperando que encuentres
tu príncipe astronauta;
mientras sigo cayendo
en llamas al mar.


2001

29 de noviembre de 2008

¿Dónde va el agua de lluvia?

¿Dónde va el agua de lluvia?
Rosa Buk




Llueve, llueve, llueve,
infinitas gotas de miel;
incontables rastros de espuma.
Eternos espacios de nubes.

Puedo ver las gotas cayendo de júbilo,
en la luneta empañada de un colectivo,
un incunable corazón de agua,
de tibios dedos adolescentes.

Aguas roncas se escabullen de cielo,
en alcantarillas de bronce fino
y minutos de tolerancia,
palabras empavesadas de amor,
aunque se siga llamando traición

Escucho los muertos lamentarse de humedad,
en su pesada y líquida podredumbre,
apestados de humo y desbordada Reconquista.

Una niña lava sus blancas medias de algodón,
a la espera ansiosa,
segura,
fatal,
de perderlas en algún callejón.

Sentí el golpe en su cara,
su mejilla bermeja,
sus ojos impotencia,
harta de lagrimas
y explicaciones,

Quizá amaine,
en una tarde de dicha.
Quizá escampe,
en una noche de ternura,
un arco iris olvide
mis zapatos de barro,
una resolana alumbre
mis huecos sin nombre.

Mis manos cóncavas al cielo,
buscan retener purezas,
mi cabeza desbautizada
se asoma a la copiosa estampida,
mis pies se hunden
en el miasma de sus hesitaciones,
algún día Venus saldrá
del Río de la Plata.

Aunque siento mi ropa
henchida de anhelo,
mis relojes cansados de horas,
las sábanas mojadas de frustración


2000

28 de noviembre de 2008

Aborto espontáneo

No han sido los cabellos de ninguna otra.
Hubo una hecatombe de perfumes perdidos
Una noche de sexo de botella,
cortando de vidrio las alas de aquel amor.

No podrás acariciar tu clítoris,
dándome la espalda;
buscando un espasmo olvidado,
mientras se seca mi esperma
sobre tus muslos.

No habrá embarazo indeseado,
por desprendimiento de óvulos,
al estallido de orgasmos.

Ya no podremos contar las lunas.
Porque no hubo traiciones mutuas.

Sólo un cerrar la puerta,
y un aborto espontáneo,
de este amor eterno.


2001

27 de noviembre de 2008

Los signos de tu espalda

Me he detenido,
sin mecha ni aceite,
con un cometa en la mano,
en las estrellas de tu espalda.

Signo de signo,
códice de volutas,
catálogo sepia
de verdades infinitas.

Dicen,
habrá de creerles,
que las proteínas de este lunar,
han hervido,
alguna vez,
en la incandescencia primigenia.
Casualmente,
mis yemas también.

Pero sucede que,
antes que nominalista alguno,
se atraviese en esta disputa de dominio,
yo,
a este lunar,
lo titularé
con nombre propio,
con designio mágico.

Como bandera clavada en valles lunares,
(que roban los nombres de tu espalda)
mientras las carabelas cósmicas
se destrozan contra las ondas magnéticas.
Reclamo este lunar,
DD 5483.

Es un convenio entre vos y yo,
sólo vos y yo conocemos el designio,
claves mutables al rigor de los labios.

Y jurando por los fundamentos cósmicos,
(infinitos ojos que miran los confines)
este lunar que mis labios adoran,
quizá vuelva a transitar los asfaltos,
con la seda de otro guante.

Pero,
sabrás definitivamente,
que ha de ser eternamente mío.



2004

26 de noviembre de 2008

Psicoanálisis circular

Me parece que esto es un círculo.

¿A que volverán mis padres,
jóvenes en el recuerdo,
llevando a la izquierda
mi recta temporal?

¿Para que recordar aquellos besos
aquellas caricias
aquel sexo?

¿Para que recordar,
las noches de espera,
frente a las salas de parto?

Si los silencios ya están en mí.
Las cobardías ya están en mí.
Y la muerte,
hace tanto,
es mi concubina.

¿Para que mi espera junto al teléfono,
esperando esas llamadas,
sí sé que no lo van a hacer?

Quisiera salir
para ver el sol.
Quisiera oír,
¡bien, comienza mañana!.
Quisiera sentir
dos palmas en mi cara,
para llevar mis labios
a su boca.
Quisiera volver a escuchar:
¡hola, Pa!

¿Es mucho pedir?
¿Dónde lo debo pedir?
Los mármoles no responden.
Los montes se callan.
Los patios se escapan.

¿Dónde, sino aquí?
Donde hay un espejo recto,
que devuelve mis palabras circulares.
Donde hay infinitas rectas,
marcando caminos a seguir.
Donde no hay rombos carteles,
para todos mis no.

Pero temo construir un aljibe seco,
donde abreven,
como yo he abrevado.
Y mañana ser citado,
bajo otra lámpara,
en busca de sus fantasmas,
que yo
en rueda de noria,
les habré legado.


2000

25 de noviembre de 2008

Hijo, no pases la puerta

Wellcome, my son,
wellcome to the machine.




Hijo,
no pases la puerta.
Quizá mi ausencia haya sido tu lucha.
Mis números tu horóscopo.
Tu boca tan cerrada como la mía,
para mandarme toda la fruta,
y tu corazón tan sensible.

No te quiero blando,
te quiero duro.
Pero te quiero duro,
así de sensible.

Duro para rescatar las sonrisas de las rocas.
Montarte al cenit de los molinos.
Atronar en los lomos de los dragones.

Para no creer,
como nosotros,
que apedreando los carteles de Coca-Cola,
arrodillaríamos al capitalismo.

No quise faltar en tus noches de cuentos.
Quise abrazarte en los fantasmas de los bosques.
Ni sé que personaje de la tierra media te identifica.

Pero ya no es tiempo de fantasía.
La máquina te espera.
Dispuesta,
aceitada,
caliente,
para absorberte,
deglutirte,
disciplinarte.

Ya ha pasado sobre mi cadáver,
o sobre mi pecho cobarde,
es lo mismo.

Arrebatando la piel de mi generación.
Generación cruzada de contradicciones.
Desapareciéndole uno a uno sus sueños,
Mintiéndole sobre el orden de la casa.
Robándole,
uno a uno,
cada pañuelito
que habían bordado las abuelas.

Terminaron con nosotros.

Ahora,
el tiempo está cumplido,
peces donde vacas,
fuego donde cabras,
muerte donde esperanza,

Ellos que no han podido cumplir sus propios anhelos,
libertad, igualdad, fraternidad,
que no encuentran la mano invisible
que trae pan,
ahora,
van por ustedes...
van por vos.

Quizá haya sido la misma máquina,
la que me amputo las manos.
No estas manos
que te palmean la espalda.
Las que se insertan en la lucha.

Aunque me niegue a regalar
mi plusvalía,
mi decencia,
mi alma.

Pero sin coraje,
sólo poniendo la espalda,
al látigo,
al barrote,
al reloj.

El pistón aplasta,
comprime,
roba.
Y eso es tu hambre.

Mi rodilla doblada de terror,
disminuye el valor de nuestro trabajo,
y aumenta sus poderes de sometimiento.

Al menos te queda el rock&roll,
mi única herencia rebelde

No creo que Francisco, Mahatma y John te denoten algo.
Tendrás,
supongo,
tus propios héroes.
Para enfrentarte al patíbulo
de las instituciones.

Contradicción elemental al cruzar una puerta.
No es lo mismo leer un libro mágico,
escuchar un cd épico,
que comprar una hamburguesa.
La Cajita Feliz trae
pasta de gusanos,
humo de Napalm,
huevos de serpiente.

Se nutre de Aparatos Ideológicos,
se calienta con tumbas sin nombre,
se vende con sonrisas de candidatos.

En cada Track-Track de plástico
detrás de una ingenua firma,
reside su intangible malla,
nuestro Amén cotidiano.

Sólo mi deseo de padre...
no te devore la máquina.

24 de noviembre de 2008

Un beso en medio de la tormenta

Cuando te beso,
rebeldías olvidadas me surcan la frente.
Es tu boca remanso y vórtice,
para mi espalda enardecida.

Cuanto mejor sería quedarme aquí,
sólo a mirarte a los ojos,
pero,
nos ha declarado la guerra.

Afuera cíclopes ciegos,
arrojan noches de entrega,
despedazándonos el futuro.

Arrollan con su caballería
en las plazas,
y decapitan ancianos
en la cola de un banco.

Pero
he tenido tus pechos esta mañana,
endulzándome los labios,
refrescándome los ojos;
y me han puesto de pie.

Y porque creo en tu piel,
en nuestros infinitos desayunos;
es que debo salir a pelear,
por esta tierra arrasada.

Ellos,
no tienen quien los ame.
Sólo conocen hembras,
putarracas de escritorio.

No saben del perfume
de una axila,
ni la mirada de un hijo
que les sonría.

Son tus rodillas abiertas,
una invitación al paraíso,
un cenit de nuestros susurros,
una justificación de la vida.

Lástima,
ese empeño que tienen,
en burlar nuestra libertad y expresión,
robándonos y saqueándonos con decretos,
allanándonos con nuevos golpes.

Y te digo,
amor,
esto ahora,
que estoy partiendo
hacia la Pirámide,
con los brazos cansados de lucha.

Cuida a mi hijo,
salgo por él,
que quizá no vuelva esta noche.


2000

23 de noviembre de 2008

Poéticamente hablando

Poéticamente hablando,
se pueden decir muchas cosas.

Subirse a un cerro a declamar justicia.
Aferrarse a la espalda de los pterodáctilos.
Calcular las ápsides de Io.
Juntar los ojos de los peces abisales.

Metáforas de lo previsible,
calculable, imposible.

Puedo,
poéticamente hablando;
decirte palabras de fósforos,
para incendiarte las alas de serpiente emplumada,
bebiendote la gota densa,
que cae de la junta de tus mitades.

Puedo,
poéticamente hablando,
remover el smog de los bosques,
reflotar a Rainbow Warrior,
desactivar las ojivas de Arkansas,
alimentar los niños de Ruanda,
disminuir los suicidios de Estocolmo.

Puedo,
poéticamente hablando,
morderte la espalda,
aprisionarte el monte de tu nombre,
pidiendo que silbes “La cucaracha”.

Puedo,
poéticamente hablando,
colgarme como Superman,
de los alambrados de Gaza,
para que dejen de matarse.

Puedo,
poéticamente hablando,
recorrer tu mielina,
desde las ostras de tu mar,
dentritas, axones, sinapsis,
hasta tu bulbo raquídeo,
estallarte el cerebro de campanas.

Puedo,
poéticamente hablando;
pagar la deuda externa,
borrar la división internacional del trabajo,
colapsar el maldito capitalismo,
declarar libres a las Iraníes.

Puedo,
poéticamente hablando,
subirme a un colectivo en Villa Lugano,
y descender en el Museo Frida Khalo,
con mi yerba, mi bombilla y mi mate,
preguntar por tu templo,
y dejar mi piel en ofrenda.

Poéticamente hablando,
claro.
Puedo decir: Te amo,
que nadie me lo va a creer.


2003

22 de noviembre de 2008

Maestluna

Ella tiene ojos que ven
ángeles en los banderines de las marquesinas.
Oídos que escuchan
la caleidoscópica melodía de las llantas de los autos.

Descubre la geométrica sonrisa de los gatos
en una tarde de paso lánguido.
La vigilia de los perros
detrás de sus jaulas de patio.

Y yo
que digo adorar las palabras
me descubro en una mentira
porque he descubierto teoremas parciales
sobre los pupitres
los monitores y las lápidas.

Pero me falta algo de su ojo
y de su oído
para descubrir
cada día
la belleza
que guardan las alcantarillas.



2002




Rosa:
hoy hubieras abierto tu casa, como todos los años, para recibirnos a todos por tu cumple.

21 de noviembre de 2008

Avioncitos de juguete

Viste que cosa,
los avioncitos.

Vos que los arrojabas
con tu mano de hierro.
Vos que inventaste
los bombarderos sobre Nicaragua.
Vos que soltaste a Baby Child
desde el Enola Gay
Vos que asolaste
el Mekong de Napalm.
Vos que volaste
sobre la Plaza de Mayo.
Vos que probaste puntería
en el Palacio de la Moneda.

¿Qué no fuiste vos?
¿De quien crees que hablo?
Tenés razón,
no fuiste vos.

Quien alumbraste de terror a Guernica.
Ensombreciste el mediodía de Londres.
Quien llenó de Tora Tora
tu Puerto de Perlas

Vos,
gendarme no invocado,
estás probando de tu veneno,
veneno que no saludo.

No podrás en las cenizas de Kabul,
secar las lágrimas de inocentes,
entre los escombros de tus Twin Towers

2001

20 de noviembre de 2008

¿Dónde estás?

¿Dónde estás?

¡Estoy tan impaciente, Nena, de conocerte!
Mis manos juegan mariposas de humo hueco.
Mis ojos cavilan la estrechez de pasarelas inertes.
Mis oídos se llenan de rockandblues que adormecen lágrimas.
Mi boca besa estatuas de sal, a falta de tu medusa.

Camino largas veredas de chocolate.
Contando las juntas de baldosas grises.
Mientras el reloj sigue corriendo.

Y yo,
Envejecido de Arco Iris,
esperándote.

No te conozco.
¿O sí?
No sé.
¿Existirás?
Princesa de luz.
¿O solo insisto en imágenes muertas?

Quizá estés,
guardada en una cripta de cemento,
inundada de mares de tinta,
abordada de papeles mentidos,
gastando los ojos en teorías absurdas,
esperándome.
Y yo, sin conocerte.

O colgada de nubes de colores,
navegando tules,
volando bosquejos,
soplando burbujas de genio,
con el regazo vacío.
Y yo, sin dibujarte.

Puede que nunca haya escuchado tu voz,
soplando orgasmos sin destino,
o estén mis oídos habituados a tu timbre,
comprendiéndome,
aconsejándome,
peleándome.
Y yo, sin escucharte.

Quizá estés tan cerca mío,
que respires mi aliento,
en lo cotidiano de la lucha urbana,
o tan lejos
que sólo la luna puede vernos juntos.

Trepando trenes,
triturando trigales,
bebiendo arroyos.
Y yo,
en este pozo,
esperando estar en tu aljibe.

Puede que te escondas en el insondable infinito,
hablando un lenguaje que no es el mío
o mirándome tibiamente,
sólo desde ahí,
Rozándonos pulloveres en pasillos,
andenes,
colectivos.

Y yo,
perdido en rutas sin brújula,
esperando hallar tu mapa.

Ahora que estoy sólo y vacío.
Me pregunto si tu piel me será ajena o conocida,
si tus pasos son lejanos
o el color de tus manos conocido.

Quizá creas que no necesito nada,
escondido en mi dolorosa coraza de tortuga.
Pero, en verdad,
me seco sin piel de mujer.
Goteándome las comisuras
al ignoto perfume de tu pelo.
Imaginándote llegar
para regalarme el sabor de tus frutos.

¿Dónde estás?, Muñeca de cristal.
Encandilame con la luz de tus ojos,
arrullame con la armonía de tu respiro,
reptame con los pliegues de piel,
emborrachame con la esencia de tu flor.

Ya trabajé, buscando pan
y encontré hambre.
Ya estudié, buscando conocimiento
y encontré ignorancia.
Ya lloré buscando desahogo
y encontré más lágrimas.
Ya busqué tus pasos amanecidos
y encontré más noche.

¡Hola, hola!
¿Me escuchás?, Descanso de cielo.
Borrame del libro del olvido,
con tus cascabeles de risa.
Ayudame a trepar escalera armónicas,
con tus brazos de tiza.
Devolveme una esperanza de imberbe,
con tu reloj de arena mojada.
Rescatame de muertes cotidianas,
con tu lujuria de Venus.

Sea como sea, el segundo tiempo comenzó,
te conozca o no,
debo jugarlo solo,
deberás saber que te busco,
ansiosamente.

Para sumergirme mansamente en tu mar,
y sucumbir plácidamente en tus cuencos.



1997

19 de noviembre de 2008

Saltar

Respirar suave
dejando transcurrir los minutos.
Sigo pateando las piedras de las veredas.
Amanece de lenta parsimonia.
Un arrullo de Ave Marías
despelmaza las arañas de los techos.
Tengo un perfume a lavanda durmiendo a mi lado.
No te puedo llevar a correr
salgamos al parque
no te puedo sofocar de sábanas
dame un beso
te lavaré el pelo
se me enredan los ojos en tu boca de jarro
no te puedo quitar el pulmotor
me agitas de mirada inquieta
dejemos de correr a ningún lado
regalame una menta
no puedo seguir tu ritmo
digamos un adiós de murciélagos.
Tierra de prisioneros
marcando el paso
allí vienen
a ablacionarnos la frente
cercenan libido
impulso
inteligencia
prohibieron a Eva
Sartre, Marcuse, Boff
arrancaron los posters de Mae
de la Coca, de Ornella
escondieron una película Clark
Marlon, Marcello
tradujeron mal Verano del 42
IL Sorpaso
y la Dolce Vita
mientras nos roban la noche
el pan
el idioma.
Pero aún no les alcanza
traen chispas y ratas en las manos
padres bondadosos
de niños arrancados a sus madres violadas
tienen tumbas de agua
de sótano, de exilio.
Nena
que le hiciste a mis huesos
no puedo saltar esta pared
que contradicción trae tu fe
tu cuerpo
tu mente
tu vientre
gaviota
no me estrangules con tus plumas,
que no se volar
dejame liarme en tu juegos
de figuritas japonesas
no me invites a saltar la soga
se me seca la garganta
no me robes el vaso
que dejás el gusto de otra boca
muero si te veo
detrás de los cristales de mis silencios
muero si me rechazas
por previsión
en calles cotidianas
muero
como siempre
de todos modos.
Correré hacia el frente
caeré de astrágalos
curvaré los trampolines
saltaré al vacío
daré dos vueltas
pero caeré de pie
no doblegarán mi cuerpo esmirriado
seguiré corriendo en busca de primaveras
aunque me corran los cuervos
aunque se me escapen las mariposas
entre mis manos artríticas
y los huecos de los dientes
No te asustes
seguí corriendo
seguí cogiendo
seguí viviendo
se acercan los perros
oliendo nuestros miedos
huelen nuestros de sudores de parque
fundición
volante
teléfonos
huelen los perfumes de mi semen,
tu estrógeno
su teta indecisa
huelen tu panfleto,
mis cuentas de colores,
su poema sáfico
No te asustes
pero escondé el machete
que tienen mejores dientes
pero no escondas tu rebeldía
y no te hagas perro como ellos.
Fresca mañana
niña
sigamos caminando en la ruta
mirá tu vientre creciendo de mi niña
le pondremos una advocación de virgen
que hacia ella vamos
madre y compañera
haremos un alto
quiero escuchar sus latidos
la lluvia nos bendice los pasos
lentos
cansados
firmes.

Todavía espero
niña
una respuesta
casate conmigo
no regales mi hija a los gitanos.
Bato mis alas calmas
entre las suaves montañas
allá veo escalar a esa especie testaruda
clavando sus estacas
saludándome con respeto
cuelgan sus cuerpos de lo inasible
respiran lo intangible.
La vista me distrae
una gacela perdida
caigo en picada
toco con mi pluma apenas
su intrépida testuz
algo le pasó a mi instinto
las nubes que acompañan mi soledad
se han hecho lluvia
tengo que volver a atacar
despedazaré su piel de mechones cándidos
pero me mira desafiante
con sus pezuñas intactas
en alto
quiere entregar poemas
de sangre y lujuria
no puedo tocarla
rasgarla
asesinarla.

¡Bah!
Ya vendrá otro cóndor
de plumas nuevas,
pico fuerte
y mejores garras,
dejemos al compañero
arrancarle todos los gritos.
No quiero jugar a la pelota
salgamos a pedalear
te quiero hablar de Kafka, de paz.
Te regalé una bicicleta,
un video juego,
un profiláctico
nunca un arma de juguete.

Aunque no me entiendas
las armas traen desgracias
Pero temo que no me escuchás
hay ruido de interferencia
otro mensaje.

Salgamos a pasear en bici,
te mostraré los niños sin bici,
sin pan.
Si no tengo trabajo,
no saldré a robar para alimentarte,
aunque te enojes,
aunque te pierda.
Hace tanto que quiero escuchar una revolución
pero no me quites la poesía
atravesemos la frontera de tus desconfianzas
de mis cobardías
no me asusta tu verbo dialéctico
tenés acentos de justicia
no te escondas
haremos una ronda
orinaremos en Davos y Wall Street.
Dejen de hablarme
que no puedo entrar
no me tienten
no me inciten
no me soplen
(ahí pasó la soga una vez más
y no me enredo en su salto)

Que tal si me acompañan
ya olvide este juego de niños
tiempos de balero
y muñecas de trapo
rondó
qui de frente
y medias lunas a la izquierda
Helter Skelter
Brown Sugar
California Dreamer.

¿Que tal si me acompañan?
Tengo un mazo nuevo
me quedó de juegos
que nunca jugué
siempre jugando al solitario
a la escondida,
a la piadosa
y a la revoluta,
truco y ludo matic.

Deja treparme a tu cintura
quiero saltar
tengo más aire que el que crees
quiero saltar
invadirme de distensiones
morir de sudor
y personalidades múltiples.
Se me confunde el sudor con tu aliento
el sabor de tu boca con mi deseo
rozaré tus pezones con mis dientes
morderé la muerte de tu cuello
golpearé tu útero con mi glande
transpiremos que el tiempo se agota.

Vi un invierno volver a entrar por mi ventana
invirtamos los números
quiero besar tus mariposas una vez más
quiero conocer los nombres de tus traiciones
quiero saber por quienes dejaste
abandonado en un rincón
el muñeco de mis depresiones
para montarte a los vientos de los cementerios.
Tanques en Praga
invierno nuclear
tortura en el Olimpo
gol de Kempes
ojos verdes
ojos ámbar
ojos cielo
ojos negros
bucles rubirojos
flequillo azabache
blonda lluvias
serena peineta
me quema el esófago
la paz de tus salmos.
Rompo el diario en pedazos
espero que no sea delito.
Invítenme chicos al cumpleaños
prometo tomar cerveza
y brindar con agua mineral
sáquenme chicos
esta noche
el cuero de carpincho
verán un delfín retorciéndose de celos
no será esta noche
noche de sepulturas
prometo bailar bajo la parra
y excitarme con las polleritas.

Hablaré estupideces
distintas a las de siempre
cuando la danza me disuelva
la mascara de hierro
no podré esconder el sentimiento
Invítenme chicos a la fiesta
será una oportunidad poco vista
ocurre en determinadas cuadraturas
en que la momia enciende sus ojos.
Yo te di esencia
yo defendí tu vida
cangrejita de bicicleta partida,
yo te cambié pañales
en noches de abandono
princesita de Bastilla
yo te acompañé en tus saltos bajo el aro.
Puedo soportar todos los abandonos
(los amores son volátiles e imprevisibles)
pero no el tuyo
te corre sangre de mi sangre.
Tengo pies aún para correr
caminar
saltar
danzar como un lobo herido
golpearme con mis ilusiones
tropezar con mis sueños bobos
treparme a los pinos y las montañas.

No juegues más a la escondida
que ya llegue a un gugol
no sé la hora de tu carta
no conozco el signo de tu esperanza.
Dame un éxtasis de vuelo
para olvidarme de mis penas
alcanzar de un salto
tu historia desconocida
dejaré mi piedra libre
para abrazar tu cintura.
Volveré a dibujar tu rostro ignoto
(espero no volver
a equivocarme de espejo).

Si querés
te traeré un cometa
pero no lucharé por vos
no es así el amor que quiero.
Te daré todos mis besos retenidos
pero no me gusta la cebolla cruda
ni ver partidos por teve.
Quiero estar donde vos estés
pero me tendrás que invitar
a los recitales
a las fiestas
a tu álbum fotos
a la cama.

Quiero conocer todos tus rincones
pero que tu mano me lleve
tus banderas me envuelvan
Me empacharé de tus alas
pero no diré palabras soeces
me ocultaré de éxtasis en mis silencios.
Me tendré que bañar
apesto de sudor y adrenalina
pondré sábanas frescas
cerraré las ventanas
rezaré un responso por mí
una oración por mis hijos
un salto
por cada una de mis mujeres
las que me quieren
las que me odian
las que me retan
las que me rechazan
mis amigas
mis compañeras
mis musas
las del recuerdo
la del olvido
las vivas
las muertas
las hadas
las agnósticas
las serias
las bufonas
las doncellas
las putas
las frígidas
las de entraña caliente.

Basta.
No puedo más.
Estoy cansado.
No tengo más piel
debajo de las plantas.
Se me desfibrilan los gemelos.
Se me aguan las pesadillas de insomnios.
Vuelvan a poner a Pink Floyd
y esa foto que no tengo.


2001

18 de noviembre de 2008

Papelito arrugado

1)
Hojas al viento / Arboles marcados / espigas de sol
Hojas de viento / suspiro de partida / cintura corva
Hojas con viento / mejilla de mejilla / beso de adios
Hojas so viento / camafeo guarda perlas / crujen los ojos

2)
Ruido de papel muerto / número que ingresa al pasado
textura de piel al olvido / estrujé las líneas paralelas
vuela tu nombre al ocaso / rumiaré tu gusto a celulosa
acto absurdo / besar la primer letra de tu nombre

3)
Vaya uno a saber de que batalla estábamos hablando.
No figuraba en ningún mapa.
Si hubo copia no sería registrada por nota alguna.
Una que otra falsía cruzaba las naves.
Un arquero alzó la mano para capturar la paloma mensajera.
La verdad estaba plasmada en el código prefijado.
Signo, permutación, clave, traslación, transcripción.
Los puentes transitados.
Y el enemigo que cubría las falanges en ojo de pez.

Horror de derrota.
Despliegue de consigna.
Bandera blanca.
Levantar los ojos.
Entregar el pecho.
Un bronce que danza percusiones.
Advertencia, recurso, amenaza no escuchadas.
Se quiebran los sueños,
la historia se desvanece de siglos,
a quien le importa.
El papel reconstruye el mensaje.
A quien le importa Waterloo
si ella lo ama.

4)

Existió alguna vez el fuego,
que daba testimonio de la luz.
Hubo tambien hogueras,
para consumar la noche.

Yo sólo recuerdo los incineradores
que soplaban sus humos vespertinos.
Ovejas grises que cabalgaban las antenas,
con ritmo, de saldos y sumas,
algún envoltorio de muñeca
industria nacional,
alguna que otra mayonesa.

No es de esos papeles a los que me refiero,
montañas de bosques holocaustizados
en el cemento de Palermo.

Sino,
sólo a una de esas diminutas motas de polvo,
que se posaban en los nidos de los álamos de Bulnes y Las Heras,
que correspondía a una carta,
desechada,
arrugada
con un final anodino:
te amo.

2000

17 de noviembre de 2008

Arroyo

arrojo tu contorno
y lo que quedaba de vos
al fuego.

entonces
me bebo las cenizas

eso es todo.


María Cristina Cambareri





Me llenás los oídos de cristales.
Yo refugiado en mi cueva virtual.
Llorando lo inevitable del tiempo.

Negándome que lo sabés
me arranco las uñas en tu cabello.
Oscuro, simple, lejano

Sumerjo las manos en cada uno de tus fonemas,
que cruzan las arrugas de mi dorso
llenando de sangre
cada uno de mis grafos informes.
Para dejar a un lado
cada uno de mis olvidos.

Y vuelvo,
sin permiso,
a pensarte.

Quemando mi contorno.
Volviéndome ceniza
que no beberás.


2001


En el cumple de Cris.

16 de noviembre de 2008

Mansas ovejas

Pasó un viento negro llevándose todas las semillas
todas arrancó, una por una.


Carina Brzozowski


Nosotros las mansas ovejas.
Que adoramos la vara y el puñal.
Balamos alegres cuando el lobo nos destroza.

Hemos visto la pelea de leones, águilas y osos.
Y a las serpientes revolcarse ufanas.
Con los cueros colgados de la alambrada,
comidos en el río,
secándose en ningún lado.

No nos importa la primavera.
Seguiremos en este sucio corral.
Añorando el látigo del capataz.
Comiendo ortigas,
ateridas de vientos negros.

No sabemos que hay detrás de la colina.
No queremos imaginación.
Seguiremos a estos perros de colmillos babeantes.
Nos han traído perfumes de nuevos cerdos.
Promesas de pastos verdes,
luego de una nueva esquila.


2000



En el cumple de la Negrita

15 de noviembre de 2008

El Buko

Allá en el fin del universo,
en la última voluta de la espiral.
Hay un hueco,
un Buko,
lleno de plumas intangibles.

Es un espacio de luna,
donde las pavas silban su orgasmo,
el ojo mira a tu ojo en torbellino de fuego,
las naranjas se guardan en cajas azules,
los chinos pierden anillos con el dedo puesto.

Es un tibio vergel,
con aroma a incienso y limón,
donde los pájaros aletean sin jaulas,
las manos se asilan del exilio,
los ángeles protestan la desesperanza,
las canaletas se inundan en días soleados.

Es ante todo un tiempo sin cuerda,
una tregua de batallas perdidas,
un podio para éxtasis de tinta,
un nido para alas quebradas,
un viaje desde los tréboles a Limuria.

No hay limites de contorno al placer o al dolor,
es aquí donde al fin el padre pondrá la rama,
la Fanny, finalmente, se morirá,
el Mangangá reverdecerá otra primavera.
Donde el sol, aprovechando la noche,
se escapa con otra luna.

Se puede ver a Raziel colgado del pino,
comiéndose las uvas verdes,
los fósforos quemarse en rito de purificación,
los ojos exorcizar lágrimas estalactíticas,
Quijotes sin lanzas huir de Dragones,
para rescatar princesas de su torre de silencio.

Y así,
mientras los cartones de rezago,
se convierten en lujosas esquelas,
las tizas pintan nubes de lana,
alguno que otro,
se da una semana más de oportunidad.

1998

14 de noviembre de 2008

Mar tibio

(Oh, I Believe in yesterday)


¡Hola Amor!
¿Que escuchás?
¿Que mensaje escondió Poseidón en esa caracola?
Mirá como la piel de León del Río de la Plata,
se eriza con el frío detrás del Faro.

Las morsas se arrastran de júbilo detrás del peñasco.
Tetis acaba de sucumbir un espigón
con la furia de su hijo.
Amatea nos regaló un arco iris.
El Pececito pateó en tu mar.

Que hago zambullido en el cielo de tus ojos.
Nereo se enojará conmigo
si no le hago hecatombes de mi piel.
Dejame encallar mi velamen en tu bahía.
Celebremos una Toma de Bastilla.

La luna se acaba de resfriar de amor.
Dame una esperanza de espuma
para guardar en mis manos.
La cuidaré como paloma
hasta el amanecer de su sangre.

Las olas curvan tu espalda de cintura redonda,
Que travesura de arpones me hizo Eros.
No puedo quitar su flecha
en tus mechones rubios.

Mordamos el arena
bajo este viento de pingüinos.
¿Que nos podría pasar?
¿Se enojará la celosa Hera?
Acaso sos Helena para que te rapten las pasiones.

No.
Alumbra mis hijos.
Envejece conmigo.

Escucho tambores de guerra
detrás de la marea.
Que tiene Ares en contra de Afrodita.
Aunque, a veces,
te veo de incienso de Atenea.

Niña.
No puedo llevarte a Grecia.
Estamos en este mar nuestro.
Sumergido de Falsas Comuniones
y Deuda Externa.
¿Acaso Mammón nos guarda una sorpresa?


2000

13 de noviembre de 2008

Río marrón

Hoy vengo, rio,
a tejerte un sueter.
Tus manos están tibias,
menean juncos en la orilla.
Perfume a totoras.
Cosquillas de dorados.

Pero hoy vengo, sabés,
a espejarme en tu cauce,
volver a parir de lágrimas,
a mi hijo,
verlo en la ventana.

Dicen, algunos,
aunque no estoy segura
(¿Acaso hay cosa más terrible,
que no saberlo?)
que lo guardás en tu cuna.

¿Que sabe una madre que es el poder?
Nada, rio, nada.
Ella sólo sabe cobijar.

Un camalote me trae una Mburucuya.
Quizá la hayan cortado sus dedos para mí.
Ay, hijo, que nunca aprenderás.

Hace frío, río.
El sol me acaricia el vientre trunco.
Mi dedos dan el último punto.
Aquí te lo entrego.
Decile a las Nereidas que lo despierten.

Decile que no vuelva tarde.

Que lo espero con la pava caliente.




2003

12 de noviembre de 2008

A través de la cortina

A través de la cortina,
agitada de la brisa sutil de tu respiro,
puedo tu espalda de trazos pintados,
tus brazos esculpidos...

Pero no,
no es eso,
no es eso lo que quiero decirte.

No quiero hablar del mar de tus pupilas,
sino del cansancio de tus manos.

No quiero expresarte la calma de tu boca,
sino le susurro tranquilo a la hora del mate.

Si es cierto,
no te pude librar
de la cotidiana cola para comprar el pan.

Pero tu mano apurada
se seca la espuma del jabón,
para recibirme con una sonrisa.

Tus uñas despintadas,
me roban las aceitunas,
cuando soy yo
quien se calza el delantal.

Por eso, ahora,
que la espalda se nos agrieta,
es cuando más te tengo,
dibujándote de venus
a través de la cortina.



2003

11 de noviembre de 2008

¿Dónde está tu hija, ahora?

Tus dedos sobre el control.
Tus manos sobre el histograma.
Los títeres sobre tu hacienda.
Los guardias en las ventanas.

Felicitaciones.
Tu balance dio en azul.
Aumentaste el excedente.
Maximizaste tu acumulación.
(Horas en negro, menores,
jubilados, indocumentados,
contratos espurios,
maltrato, desprecio social)
Explotación capitalista.

Perfecto soborno.
Le compraste a tu hija,
(en la ausencia de caricias)
un boleto a Cancún,
un Porsche,
matricula en Harvard,
un piso en la Gran Manzana

Ah, perdón,
¿Dónde estaba tu hija?

Mirando las lágrimas de su madre,
golpeada otra vez,
(rota muñeca de porcelana)
cuando la niñera la traía del Kindergarten.

Mostrándose gracil y hermosa,
en el agasajo de la Embajada
(método con que Bushbilonia;
toma lista de sus mercenarios).
Mientras influías a las Comisiones,
para eliminar el gasto social. *

Graduándose, en el High School,
(esa precisa noche
que le cambiaron
sus Marlboro por uno de Cannabis)
mientras aprobabas un golpe de mercado.

Pero, ¿Dónde está ahora?

No te hagás problema,
le está comprando mercancía a tus socios.
(Negocio redondo,
importaciones cipayas,
recompra de títulos sudamericanos,
venta de armas,
lavado de narcodólares. **)

Dura de Extasis y alcohol,
la acaban de sodomizar
dos perfectos desconocidos. ***



* Isaias 10; 1-4
** Apoc 6; 3-8
***Gen 19; 1-38

10 de noviembre de 2008

Mi Frida de Constitución

A Marta (1953 - 1994)



No sé donde se asía mi corazón.

En tus ojos verdes,
en tu boca fucsia,
bucles rubirrojos,
blanca piel estrellada.

No sé.

Furia de tus pies inmóviles;
pero no dormidos.
Tu columna vencida.
Tu respiración consciente.

Me han preguntado tantas veces lo mismo.

Tus relatos de Pampa,
tu zaino en pelo
infancia amarga,
esa tarde de invierno
fiebre
vómitos
7 años.

No hubo hierros que atravesaran tu columna.
Sólo unos viejos compañeros de planeta;
que gustaban de tu mielina.

Una cápsula/cama
atmósferas alternantes,
ritmo a tu tórax/niña.

No hubo colores estridentes,
para mostrar un grito de útero.
En el tuyo, una hija;
no mía, por supuesto,
que no te ha dado tributo de tu heroísmo.

¿Dónde residía el misterio de tu encanto?
¿Dónde los conjuros de tu hechizo?

Armstrong no la encontró en el polvo lunar.
Viernes exploró hasta la copa de la última palmera.
Cuasimodo golpeó todas las campanas.
Atila, dicen, lo descubrió en su última noche.

No en tu vientre,
ignorado por mí.
No en tu voz,
llena de ingeniosos brulotes.
No en tu fidelidad,
que nunca profesaste.
No en tu pasividad,
iras del resentimiento.

Y yo, destilando
(decían)
tu veneno de araña.
Y yo,
de mi boca
recitándote salmos, cantares,
(mis manos
entre champú, peine, hebillas lila)
Y yo,
penando por tus besos.
(Miseria material
del pobre proletario,
no poder darte un hogar)

Cangreja de patas rotas
manos torpes,
me pediste un beso
y me robaste el alma.

Alzar la vista al cielo
encontrar la luna.
El mar,
Venus descansa entre dos palmeras.
Catedrales llamadas a silencio.
Pastos que nunca volverán a crecer.

Mi Frida/Marta de Constitución,
no hubo bandera sobre tu féretro,
ni una rosa,
ni un poema.

Sólo un recuerdo
sobre el balcón de Parque Lezama.



2002


Cecilia le había dedicado un escrito a Frida, de esos que ella hace que te hacen erizar la piel y me la trajo.

9 de noviembre de 2008

Escondido de luna

Estoy aquí escondido en esta piedra blanca,
no sé cuanto que huí de mis cielos,
a esta carne derruida.
Fue quizá al descubrir mis venas vacías.

Pero no me oculté de tu sombra,
por designio natural,
pues yo te di sustancia,
te di follaje, te di savia.

Yo, aquí, delirante y escrupuloso,
soñador y medroso
en esta luna de ajenjo,
entre cometas, lobos, hadas y sibilas.

Creo que subí con una vieja bicicleta,
robada en alguna plaza,
no vi nubes, duendes, ni soles,
sólo mi corazón seco de soledad.

Aún tengo el pertinaz perfume indeleble,
de tus pañales en mis yemas,
¡Ay!.
¡No pude vivir tu primer sangre,
ni tu vestido de gasa!

Soy un viejo rey,
despojado de reinos,
que no encandila las pestañas,
de su princesita de cajitas lilas.

¿Cómo será que es mejor mirar
la descascarada ruina de la pared
que los ojos vencidos de tu padre?

No vayas al desierto, en busca de sol,
ni al mar, en busca de sal,
no persigas a un perro herido,
que hasta Dios lloró de decepción.

No hay cueva donde cobijar el hielo,
ni llanura donde gritar el olvido.
No hay libro que me explique,
ni precepto que me justifique,
no habrá cielo que me abrace,
ni infierno que me alcance.

Soy tu papá honrado,
tu papá tonto,
estoy aquí y ahora,
para tu dicha o tu escarnio,
para amar o reclamar.

Puedo volver a esta clausura,
con barba crecida
y baba caída de exilio,
buscando dulzuras perimidas,
en páginas deprimidas de fotos sepia,
colgado de esta luna de queso de cuentos interrumpidos

Después, ¿quién sabe?,
Quizá no haya respuesta.

Aunque busques mi aliento en los espejos de los circos,
mis huellas en las grietas de las porcelanas,
mis huesos en la cola de los cometas,
mi alma en los templos del Himalaya.


2000

8 de noviembre de 2008

Cuestiones de medida

¿Es lo no dimensional lo inconmensurable?

No tengo una definición del vacío.
Puedo establecerme en axiomas cuantificables,
con la inquietud de medir hasta donde llegan mis esperanzas.
Pero me sorprenden las escalas de mis iniquidades.

Si tomo este punto de vista,
apuntando hacia las huellas de lo incalculable,
termino carcomido por la certeza de mis soledades,
como un grano de arena incrustado en los trilobites.

¿Que cantidad de segundos le quedan a los pájaros de esta primavera?
¿Cuantos infinitésimos caben en la infinitud de las almas?
No hay acuerdo de pieles para valorar a los dinosaurios.
No hay recuento de glóbulos para la mancha de Júpiter.
No estoy seguro de la sumatoria de la longitud de las enredaderas.

Es mejor esperar a que pase este eclipse de luna.
Porque, cuando veo sus hoyuelos,
casi imperceptibles,
en los relámpagos de su sonrisa,
ignoro la validez de todas mis reglas,
y me expando de suspiros abarcando todo el universo.


2001

7 de noviembre de 2008

Muros de Ratas

Está claro
nada que objetar.
Los muros sólo se levantan para las ratas.

Ratas crecidas en la mugre.
Especie transgénica
pacientemente elaborada
por los laboratorios de los countries.

Enculturación
olvido de raíces.
Arboles arrastrados por alguna inundación.

Educación de circo
entretenimiento de lata
color a 60 hertz.

Envidias de gomas inaccesibles.
Ghettos citadinos
hombría en tetrabrik
fantasías en polvo blanco
confusión del enemigo.

Adoraciones al falo de metal
eyaculaciones de plomo.

Serpientes dichosas brindan en los quinchos.
Lugar donde festejan el despojo plusválico
Les encanta el marmol de las embajadas.
El cesped de los campos de golf.
Disfrutar una sesión de tortura.
Violar, entre cuatro, a una mariposa traviesa.

Han forjado asesinato,
sin responder ¿donde está tu hermano?
Los exterminios,
de razas, cultura, civilizaciones.

Inventaron la propiedad privada
el alambre de puas
y las catacumbas a cielo abierto.

Pero claro, tienen el vientre viscoso.
No existen rejas que los contengan.
O, quizá, tienen la llaves apenas nacen.

Alianza de ricos mercaderes
y famélicos mercenarios.
El terror aumenta el presupuesto.
Las ovejas aterradas temen el escorbuto
y nunca asaltarán los castillos.


2003

6 de noviembre de 2008

Puentes de Cristal

Abrir los ojos, apenas,
para recibir las resolanas vaporosas del bosque
entre aullidos de hermanos lobos
y crujir de otoñales hojarascas.
Apretar los brazos
por debajo del peto de bronce.
Respirar, suavemente,
para oír los cascos del caballo
crispar los durmientes del puente del cristal
que lleva a ella
Madmoiselle Juliette
la dulce campesina
a la Torre Norte
del palacio mágico
donde reposan los caballeros
de la reina de la fantasía.

Abrir los ojos, apenas,
para recibir los reflejos del mar del este
entre volar de gaviotas
y saludos de delfines.
Apretar los brazos
por debajo del timonel de roble.
Respirar, rítmicamente
para oír el flameo de las velas
surcando el derrotero de escuadras
que llevan a ella
Bushibu Kiku
la Geisha Azul
al otro lado del mar
hasta el Honorable Campamento del Sol
donde residen los Gloriosos Samurais
del Imperio Celeste.

Abrir los ojos, apenas
para recibir los vientos de las rutas de Arizona
entre coyotes extinguidos y espinos de silicio.
Apretar los brazos
por debajo de la chaqueta de cuero.
Respirar, agitadamente
para oír los soplidos de la Harley
retumbar las piedras del Gran Cañón
que lleva a ella
Miss Mary
la complaciente camarera
al motel Cuatro Corazones
donde reposan los Libres Motoqueros
del as de diamante.

Abrir los ojos, apenas
para no percibir al monstruo de baba
entre cucarachas aplastadas y gemidos de ratas
Apretar los brazos contra el respaldar
mordiendo la almohada.
Respirar fuertemente
para no oír los rechines de los flejes
inundar de ecos
la oscura pieza de la calle Salta
que es donde ella
la Roxana
trabaja sobre una sucia sábana
donde buscan cerveza y vaginas alquiladas
los pobres expoliados
de la Reina del Plata.

Preguntarse,
una y otra vez,
inútilmente,
donde se consiguen los zapatitos de cristal.



1999

5 de noviembre de 2008

¡Puta madre!... no tenerte

El amor es simple.
Dos que se ven,
dos que se suman,
dos que dosifican panales.

Pero no tengo el amor simple.
Nunca lo he tenido,
parece que no lo tendré.

¿Que decir de tus pechos
en el que otros posarán sus labios?

Fantasma de Canterville.
No, no es de Wilde, ni Charly,
ni León que quiero hablar.

Parece que estuvieras allí,
al alcance de mi mano,
estiro el brazo,
(manjar de dioses tu boca)
pero... estás tan lejos.

No sé si te merezco o me mereces.
(Boludeces sociales que decían las viejas de otros tiempos)
No sé si pudiera funcionar.
No sé, tampoco, ni como, ni durante cuanto.

Sé, sin embargo, que te amo.
Sin haber respirado tu aliento,
ni sorbido tu boca, tus tetas, ni tu sexo,
Sin haber tocado la piel de tu espalda, pies o culo.
Sin haber olido tu menta, tu cuello, tu axila.

Eso que otros,
sin tanto preámbulo ni colofón,
tienen al alcance de su mano.
Eso que alguno tendrá de premio.

¡Puta madre!... no tenerte,
entre mis dedos,
o sobre mi vientre.
Para contarte un cuento.
Mirar a través de la ventana.
Correr por el parque.
Desnudarte lentamente.

La distancia es inexorable.
Sólo me queda putear entre dientes.

Es cuestión de tiempo nomás.
Un anónimo se convertirá en él.
Y yo en amigo necesario.





2003

4 de noviembre de 2008

Compañerita de banco

A esta chica la conozco.
Algo me suena en su mirada.
Algo así como un sonido de placenta
un bollito rosa arrugado
un arrorró de tres de la mañana.

Sin embargo, esta chica,
está sentada aquí
a mi lado
intentando
como yo
escribir saberes en una hoja.


Efectivamente
ella supo.

Supo renombrar los objetos de su entorno.
Los fidedos
los pototos
mamuelitapegajó.

Y ahora
según veo
(de reojo
no sea cosa que nos saquen la hoja)
sabe diferenciar
a Popper de Khun
a Kepler de Newton.

Pronuncia perfectamente
a diferencia mía
el inglés.

Algo me recorre la columna
al verla
abrazarla
saludarla.
Al presentarme a quien le dice: Te amo.

¡Ah!
¿Que ha sido del Gallo Pinto,
el pintorcito rosa,
el rosal que la espera?

Como hacer, señorita...

No
esta palabra es demodé...
Mejor
mujer que he sembrado
en un vientre hace un tiempo.

Digo
como hacer, hija,
para recuperar el tiempo perdido.
Siete horas o siete años,
demasiado, demasiado, demasiado.

No
no me contestes.
Mejor concentrate en tu examen.

Hagamos de esta coincidencia,
un punto de inflexión,
desde la amargura al reencuentro.

Supongo que usted
Vos
Luli
Estás aprendiendo las curvaturas del universo
la envergadura de las pasiones humanas.
Y entiendas ahora
espero
porque las promesas eternas,
suelen tener finales abruptos.

Es cierto
no te he dado más que pobreza.
sin embargo
¿puedo pedir?
no me niegues el candor de tus mejillas.



2004

El encuentro fue real, el reencuentro no prosperó.

3 de noviembre de 2008

¿Porque digo que te extraño?

¿Porque digo que te extraño?
Si desde el primer instante de tu luz,
supe que jamás alumbrarías mis bosques.

Primera vista....

He... uy!.. desorbitación
(ojo/nave encandilamiento/vislumbre
no se pueden mirar las estrellas;
complejo de zarza)
maxilar inferior contra el esternón,
(terrible golpe, rebote diastólico)
oídos enredados, magia de sirena... o serpiente,
(para el caso es lo mismo,
mejor me ato al pino mayor).
(No recuerdo que cantabas)
(Stocking Head?... Milanés?)

Y no era nada de tu piel,
nada visto (seguimos igual),
ni pechos, ni piernas, ni sexo.
Sólo cascabeles de tus versos,
tu voz... tu sonrisa...
Ah, sí, sí...
la mano de otro,
siempre vas de la mano de otro.

Claro,
¿qué podrían saber de tu cintura mis manos gastadas?
Y ahora, digo que te extraño.

Como la Gioconda, ¿viste?
Nadie la toca, todos la ven.
Hasta que alguien la compra.
Swap,
Toneladas de chocolate.
Cortinas láser de caramelo.

Así es, ahora... ahora...
tu piel arrobada,
tus oídos susurrados,
tu sexo abordado
y tu boca empalagada...
(Perdón la rima, fue sin querer,
sólo para distraerme)

Ahora, se me ocurre decirte que te extraño.
Como si alguna vez te hubiera tenido.
Como si tus adioses de 165 horas,
ya no fueran catástrofes de lunas rotas.
Como si tus nexos de Celestina...
que nunca me asocian con nadie...
(no te gastes...
la/s otra/s también es/son imposible/s).

Como si no lo hubiéramos explicitado,
mapa 4, circunvalación 7, sol a la izquierda,
Usted está perdido.
Manzana 7, tablón 9, fosa 14, luna de diciembre,
Usted esta muerto
Línea 29, Olivos... La Boca...
Fuera de servicio, media vuelta, primera, su ruta...

Cómo siempre, ¿viste?
Decir esas cosas tontas,
antes que se corte el teléfono,
sin saber porque se dicen.
Como de boca de un imberbe tímido,
pero de labios de un viejo tonto.

Pero, planteemos un juego de palabras cruzadas.
Hay alguien que tiene lo que yo nunca tendré.
Alguien que hace feliz a quien yo no puedo.
Aplicando las propiedades antisimétrica y transitiva,
digo, rearticulo, repito,
ser amado por quien yo amo,
y sólo durante tal isomorfismo,
Necesario, no sé si suficiente...
mandale mis afectuosos saludos.

No hay caso...
sin derecho, ni obligación,
te extraño.



2002

2 de noviembre de 2008

Llueve en Calcuta

Julio, sudestada,
llueve en Calcuta,
sequia en Calihari,
época de finales.

Puedo, con mi lengua, trazar una línea,
atravesando el ecuador de tu vientre.
Siento temblores de luna,
escucho un tumulto de sirena.

Me quedaré aquí un minuto,
ocho horas o la eternidad,
observando como crece tu diámetro,
del follaje de mi sombra.

Abrazaré tu piel crecida, aún mia,
mientras, ella, baila con Lisa,
en un cabaret de Berlín,
y te vienen pulsiones de luz.

Otra vez julio,
hace frío en el parque,
hamacas vacías de chupetines,
recortadas de ojo de buey.

417,
un número clavado al marco de la puerta,
que estropea las rimas,
y presagia mi futuro de tiburón.

La noche esta serena,
alguien abrió el domo del observatorio,
una estrella le regalará luz y sueños,
medidas de fuga y fotones.

Llueve en Lisboa,
cambia la marea,
fuma el Vesubio,
se abren las compuertas de tu dique,
otro agua fertil que nos inunda el patio.

Y hoy, hace tanto de hoy,
tus valles de cuencos cálidos,
se me han secado de espinas;
en tu piel regalada.

Aunque quizá esas manitas,
escondidas de cuentos y vientos,
que ahora me ganan pulseadas,
sean las que me entierren.


2000

1 de noviembre de 2008

Frescura

¡Sonreí!,
Que no te roben la alegría, esos,
que sólo escuchan bips,
que sólo tocan teclas,
que sólo miran papeles.

¡Soña!,
Que no te quiten la frescura, esos,
que sólo creen en Mammón,
que sólo piensan en Dólar,
que sólo hablan de Tarjetas.

Esos,
no leen curriculums,
de quienes ansían ser felices,
y pueden irse volando tras una nube,
¡ Es absolutamente ineficiente!

Esos.
Terminan buscando cuerpos,
desechando almas.
Admirando sarcasmos,
despreciando verdades.
Elevando a Maquiavelo,
arrastrando al Quijote.

¡ Que no te venzan!.

Que no se vea en tus ojos claros,
la duda de tu destino,
el enojo de tu presente.

¡ Que no te quiebren!.

Que no se oiga de tus labios tibios,
la desazón de tu vientre,
en palabras deformes.

Mas bien, diría.
Levantá la frente,
erguí los pechos,
apretá los puños.

Para ver el cielo,
para esperar príncipes,
para empuñar rosas.

Y no es por vos, que aún,
desbordás adrenalina,
dibujás corazones,
perfumás de estrógeno,
escribís afirmaciones.

Mas bien, por nosotros, que,
nos quebraron la espalda,
nos borraron el futuro,
nos quitaron la esperanza.

Que buscamos túneles oscuros,
donde gritar el fracaso.
Paredes sucias,
donde golpear la impotencia.
Neones extraños,
donde mendigar lujuria.

Ahora,
¡Clamamos tu Venganza!

Que no es de sangre violenta,
que no es de verbo furioso,
sino de Sonrisa y Frescura.

Sonreí y refrescanos el alma.


1998