3 de enero de 2009

Bohemio, las pelotas

Me duele la pobreza de esta tierra.
Donce toda clase de mercaderes
políticos, narcos,
pastores y pederastas
Llenan su molino con trigo quemado.

Cerveza, porro, paco.
Biblias, naciones, partidos.
Aburrimiento, desidia,
afano, cumbia villera.

Dejar que
sólo pase el tiempo
dolor de la nada
un miedo de vivir
Mirandose el cerebro trepanado
en el brillo de la lata.

Estos chicos visten Nike
toman Coca Cola
usan Nokia
lavan con Ariel
y comen asado.

Claro,
no pueden un Big Mac
porque no los dejan entrar.

Apenas manejan un lápiz
y no saben de cuadernos.
No conocen ni a Einstein ni a Chaplin,
Ni Atahualpa ni Martí,
ni Borges ni Walsh,
Alfonsina, Platt, Colombo o Thénon.

Bueno,
quizá tengas razón,
esos eran otros tiempos.

Estos chicos
nacen vencidos.
Carne de barra brava
Olmos o Vucetich
trabajo en negro,
planes trabajar,
burlarse,
golpearse,
matarse
sólo por hacer algo.

Unos
serán soldaditos de fábrica
¡sí, señor!, ¡no, señor!
¿me agacho más?, Señor.

Otros
duchos en todos los fierros,
ni padre,
ni madre,
ni hijos.

Hablan de si mismos en tercera persona.
Ni saben quien,
realmente,
los gobierna.
Entran al cuarto oscuro
con la boleta marcada.

Que toque,
me decís
temas menos sufridos.
Que eso ya lo notaron
Mozart, Dylan, Morrison,
Discépolo, Yupanqui y Spinetta
Que ya está.
Que ya fue.
Chan chan.

Pero no.
Bohemio, las pelotas.

Cierto es que no sé de piedras,
puños, pasamontañas ni fusiles.
Que acuerdo mas con Gandhi, King, Lennon
que con Sorel, X, Santucho.
Pero,
no me olvido del Che

Pero el tiempo pasa
y mi lugar es este.
Que mis brazos
viejos, flacos y cansados
no desesperen.

Será mejor apagar el televisor
y subir el volumen
cuidando que chicos ajenos
de vez en cuando
coman algo
dejen de escuchar a
borrachos,
nazionalistas,
bailarines
y predicadores
y
hagan la tarea.

2009

No me sigas perro

No me sigas perro,
ya no tengo aquellas dulces caricias.

No me mires,
se me esfumaron las inocencias.

No tendrás en un plato,
mas que mis amarguras,
nada de sal,
nada de azúcar,
mi carne caída de años,
sopa de mis lágrimas.

No me sigas.
No quiero descargar en vos,
mis decepciones.
Darte un hueco infinito,
de calidez fingida.

Quedate en tus veredas.
Quizá alguna hembra te comprenda.

Yo giraré la llave.
Y me acordaré de tu soledad.

2001