22 de agosto de 2007

Gala Dalí observada por hombres de Magritte



Los hombres a través de la ventana,
la tarde fresca,
la ventana gris,
colores primarios,
cielo de bandera argentina.

Y te siento allí,
sentada de vos,
vos frente a vos,
contando las perlas,
saliéndote para buscarme.

Una palabra cayó sobre la alfombra,
recorrió los pisos de la habitación,
hacia la cocina, el baño,
golpeó contra la columna de mi mármol,
y salió al sol del patio.

Y los hombres, jetros, perfectos,
que miran a través de la ventana,
un mundo de corbatas planchadas.

Y les das la espalda.

Tu espalda de valles transitados,
sólo por las caricias de los versos de los poetas.
Luego, todo mío, aunque lejana.

Me pincharé el dedo con la rueca,
a la hora del ángelus,
que es cuando tu rostro es más blanco,
más luminoso y más lejano.

Entraré a mi cuarto lúgubre, oscuro, sombrío.
Donde las miradas de los hombres,
no horadan desde la ventana.
Y dormiré mi amor sin tiempo.

Ellos no saben de mi amor,
de mi letra ensimismada,
de mi espera inútil,
de tu camisa,
tu pelo
y tus manos cruzadas.

Mañana te irás.
Te escribiré cada día un poema.
Ellos creen en las despedidas,
yo en la eternidad.

Perecerán los puentes,
del óxido de mis lágrimas.
Cuando yo soy feliz,
sólo con nombrarte.

Esos hombres de sombreros mágicos,
creen en la sangre de los orfanatos,
pero no saben de mi sangre,
resucitada, regurgitada, agitada,
a la hora del ángelus,
por tu boca ajena.

Quizá me compre una camisa,
del mismo color de tus ojos,
para colgarla de espejo y nombrarte.

Te irás y no lo lamento.
Te irás a volar entre los incineradores,
a nadar sobre las vías del subte,
a sonreírle a la vaca de la ruta nueve.

Y yo te amaré.
Te pintaré sobre la pared del desván,
desplegaré tu blanco sobre mi cuaderno,
le daré la forma caprichosa de un poema.

Y lo recitaré al viento,
para beneplácito de los hombres,
que miran absortos por la ventana.

Ellos, hablarán de la belleza de las palabras.
Porque, ellos, no saben, en realidad,
que yo sólo hablo de tu belleza,
que entra algunas tardes,
cuando levantas los ojos,
sólo... solamente para mirarme.


2001

PD: Jetro: Hombre de traje o boncha de jetra.

4 comentarios:

Verónica Cento dijo...

Es un verdadero gusto volver a leerlo. Me da risa, sabe? esta cosa de los blogs al final hizo que sucediese un encuentro, vio usted? primero me encontré con Cristina, luego con pep (que resultó ser también del antiguo foro poesía.com), a Marietta la conocí a mi llegada a Venezuela, y ahora usted.
Es bueno volver a leerlo. El otro día revisando mails enviados viejitos, encontré varios de sus poemas de poesía...
Siga subiendo poemas, que lectores tendrá de sobra;)

Un abrazo

Cris Cam dijo...

A m´ija.com...
como te dije en otro lado, graciosa secuencia de círculos de amistades...

Aunque ser local en lugar de visitante conlleva algunos efectos secundarios.

Cuando uno visita, se sirve las masitas de la mesa o salpica con el sifón, sin consecuencia apreciable.
Cuando uno es anfitrión, debe corresponder y atender a las visitas, y como esto no es una fiesta en que uno junta fuerzas por un tiempo relativo debe de estar siempre al pie.

Porque como digo en el acápite del blog, es para hablar de poesía, y no sé si mis fuerzas estarán a la altura.

Un besote.

Carina dijo...

Bueno, holaa flacooo!! me da mucho gusto pasar a leerte por acá, te encontré mirando La luna en los Pinos, me gusta mucho lo que estás escribiendo, muy luminosos versos, por cierto...
Besooosss
Cari

Cris Cam dijo...

Negrita,
este específicamente es un poema surgido de una tarde de taller con la Buk como motivadora, cuando hizo el cruce de "La hora del Angelus" de Dalí y "El tiempo de la vendimia" de Magritte...

pero sucedieron algunos cambios inesperados durante esos diez minutos de escritura.



Recordarás que yo también tengo un poema llamado "Puentes de Cristal" que nació la misma tarde de patio, que el homónimo tuyo.