14 de diciembre de 2008

Champagne agrio

Champagne agrio

Abrí la puerta del modular,
ese cuerpo solitario,
que alguien me regaló,
y puse sobre dos cajones.
Pobre y digno decorado.

La botella sigue allí.
Esa me la regaló Karina,
para poder brindar,
algún día,
con alguna Ella,
no imposible,
no virtual.

Karina también tiene un imposible,
pero no ha evitado desayunos,
príncipes de alfombras voladoras,
desayunos en Buenos Aires,
Montevideo,
Mallorca,
Rótterdam,
Dortmund.

Un mundo de favorita a sus pies,
que no ha podido comprar su corazón.

Por eso está allí,
esclava de un teléfono,
vendiendo,
agendando,
abonando,
con el sticker pegado
con un número particular.

Dice que lo marcará,
cuando yo le mande un mail,
contándole que descorché la botella.

Desafío de amigos.

¿Románticos o cobardes?
En algo parecidos y diferentes.

En algunas mañanas,
cuando yo marco salida
y ella entrada,
ella contándome de sus sueños,
yo todos los nombres de mi agenda vacía
(mis dedos desanudándole
cuello y espalda);
a mí me gusta darle consejos;
(esos que nunca sigo)
incitándola a pulsar las teclas,
a que me mire como espejo.

Espero no haga lo que yo,
en mi boca los silencios;
y el champagne
agriándose en la botella.


2003

3 comentarios:

Mirna Estrella Pérez dijo...

Te encontré!

Cris Cam dijo...

Descorchen el yampám....

Verónica Cento dijo...

Cris:

Felices Fiestas!!! nos veremos a la vuelta. Besotes