27 de diciembre de 2008

Ghettos sudacas

Nunca pases por un ghetto sudaca,
no te detengas ante el semáforo,
ni lo cruces a plena luz.

Allí,
decimos en los quinchos,
sólo hay ladrones, borrachos,
violadores y prostitutas.

Son vagos que no conocen
Orlando ni París.
Hijos sin padre que vuelan
de coca y Poxiram.

En los bunkers sudacas,
en cambio,
(rejas, vigiladores y láser),
radica la esencia de la raza,
los futuros perpetuados en bronce.

Fortalezas elevadas de estirpe,
(cuentas suizas, narcodólares,
coimas parlamentarias)
Prohombres que escribiremos la historia
(deudas que pagan otros,
corrupciones, tortura).

En los ghettos sudaca,
cuidado,
viven esos salvajes,
enemigos de la civilización,
ignorantes que no conocen a Friedman.

Supersticiosos que tapan
los agujeros de sus chozas,
con fotos de Jesús, Evita, el Che y Maradona.

Se les ve en la piel su pobre ascendencia,
(quechua, aymará, querandí,
comechingón, guaraní, charrua,
africana, baja italia, lejana andalucía)
cuando se acercan a limpiarte el parabrisas,
pedirte una moneda con un crío en brazos,
con su olor a porro y vino en caja,
con su espalda doblada de madre de 13 años.

En los quinchos deliberamos,
por suerte,
luego del hoyo 18,
asado y whisky importado,
como deshacerse de ellos.

Ya no necesitamos
su mano de obra barata,
su carne de cañón
en guerra libertadoras,
y sus votos nos cuestan
cada día más empanadas.

Ha de ser urgente.
Andan cortando rutas,
instruyéndose sobre el valor de un libro,
la importancia de la solidaridad,
su inalienable dignidad de estirpe humana.

¿Que discurso al pie de la Bastilla es ese?
Otra vez esos subversivos
marxistas,
intelectuales,
pastores
y sotanas jóvenes,
que se internan en sus aguas servidas,
les apagan sus televisores
les rompen sus hipodérmicas
sólo para confundirlos,
hablándoles de otro mundo
posible y distinto.

Pero vos,
encuchá nuestros noticieros.
No te detengas en una villa,
(sólo quieren tu auto
y el cuerpo de tu hermana)
No mires sus montañas de cartones reciclados,
(las cambian por merca,
que nosotros les vendemos).
No compres sus cobros por indemnizaciones,
(justa paga por negarse a la esclavitud)

Tené en cuenta,
imberbe estúpido,
que si no seguís estas verdades,
como a tus padres,
te haremos desaparecer.


2003

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