Viste, ¡que cosa!, los avioncitos.
Vos que los arrojabas con tu mano de hierro.
Vos que inventaste los bombarderos sobre Nicaragua.
Vos que soltaste a Baby Child desde el Enola Gay
Vos que asolaste el Mekong de Napalm.
Vos que volaste sobre la Plaza de Mayo.
Vos que probaste puntería en el Palacio de la Moneda.
¿Qué no fuiste vos?
¿De quien creés que hablo?
Tenés razón,
no fuiste vos.
Quien alumbraste de terror a Guernica,
Ensombreciste el mediodía de Londres,
Quien llenó de Tora Tora tu Puerto de Perlas
Vos, gendarme no invocado,
estás probando de tu veneno,
veneno que no saludo.
No podrás en las cenizas de Kabul,
secar tus propias lágrimas inocentes,
de los escombros de tus Twin Towers.
2001
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