27 de noviembre de 2008

Los signos de tu espalda

Me he detenido,
sin mecha ni aceite,
con un cometa en la mano,
en las estrellas de tu espalda.

Signo de signo,
códice de volutas,
catálogo sepia
de verdades infinitas.

Dicen,
habrá de creerles,
que las proteínas de este lunar,
han hervido,
alguna vez,
en la incandescencia primigenia.
Casualmente,
mis yemas también.

Pero sucede que,
antes que nominalista alguno,
se atraviese en esta disputa de dominio,
yo,
a este lunar,
lo titularé
con nombre propio,
con designio mágico.

Como bandera clavada en valles lunares,
(que roban los nombres de tu espalda)
mientras las carabelas cósmicas
se destrozan contra las ondas magnéticas.
Reclamo este lunar,
DD 5483.

Es un convenio entre vos y yo,
sólo vos y yo conocemos el designio,
claves mutables al rigor de los labios.

Y jurando por los fundamentos cósmicos,
(infinitos ojos que miran los confines)
este lunar que mis labios adoran,
quizá vuelva a transitar los asfaltos,
con la seda de otro guante.

Pero,
sabrás definitivamente,
que ha de ser eternamente mío.



2004

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