28 de noviembre de 2008

Aborto espontáneo

No han sido los cabellos de ninguna otra.
Hubo una hecatombe de perfumes perdidos
Una noche de sexo de botella,
cortando de vidrio las alas de aquel amor.

No podrás acariciar tu clítoris,
dándome la espalda;
buscando un espasmo olvidado,
mientras se seca mi esperma
sobre tus muslos.

No habrá embarazo indeseado,
por desprendimiento de óvulos,
al estallido de orgasmos.

Ya no podremos contar las lunas.
Porque no hubo traiciones mutuas.

Sólo un cerrar la puerta,
y un aborto espontáneo,
de este amor eterno.


2001

No hay comentarios: