6 de noviembre de 2008

Puentes de Cristal

Abrir los ojos, apenas,
para recibir las resolanas vaporosas del bosque
entre aullidos de hermanos lobos
y crujir de otoñales hojarascas.
Apretar los brazos
por debajo del peto de bronce.
Respirar, suavemente,
para oír los cascos del caballo
crispar los durmientes del puente del cristal
que lleva a ella
Madmoiselle Juliette
la dulce campesina
a la Torre Norte
del palacio mágico
donde reposan los caballeros
de la reina de la fantasía.

Abrir los ojos, apenas,
para recibir los reflejos del mar del este
entre volar de gaviotas
y saludos de delfines.
Apretar los brazos
por debajo del timonel de roble.
Respirar, rítmicamente
para oír el flameo de las velas
surcando el derrotero de escuadras
que llevan a ella
Bushibu Kiku
la Geisha Azul
al otro lado del mar
hasta el Honorable Campamento del Sol
donde residen los Gloriosos Samurais
del Imperio Celeste.

Abrir los ojos, apenas
para recibir los vientos de las rutas de Arizona
entre coyotes extinguidos y espinos de silicio.
Apretar los brazos
por debajo de la chaqueta de cuero.
Respirar, agitadamente
para oír los soplidos de la Harley
retumbar las piedras del Gran Cañón
que lleva a ella
Miss Mary
la complaciente camarera
al motel Cuatro Corazones
donde reposan los Libres Motoqueros
del as de diamante.

Abrir los ojos, apenas
para no percibir al monstruo de baba
entre cucarachas aplastadas y gemidos de ratas
Apretar los brazos contra el respaldar
mordiendo la almohada.
Respirar fuertemente
para no oír los rechines de los flejes
inundar de ecos
la oscura pieza de la calle Salta
que es donde ella
la Roxana
trabaja sobre una sucia sábana
donde buscan cerveza y vaginas alquiladas
los pobres expoliados
de la Reina del Plata.

Preguntarse,
una y otra vez,
inútilmente,
donde se consiguen los zapatitos de cristal.



1999

No hay comentarios: